Valentino Rossi (Yamaha YZR M 1) consumó su venganza frente a la todopoderosa Honda de la forma más bella posible, con una victoria trabajada hasta la última curva, hasta el último metro y ante su máximo rival, el también italiano Max Biaggi (Honda RC 211 V).

Sete Gibernau (Movistar Honda RC 211 V), el considerado por casi todos como el tercero en discordia en la lucha por el título mundial de 2004 no pudo hacer nada en esta ocasión y hubo de conformarse con la tercera posición a poco más de siete segundos de Rossi.

No hubo lugar para la duda en ningún momento. Desde el instante en que el semáforo se apagó saltaron al escenario los protagonistas del espectáculo y estos no eran otros que el propio Valentino Rossi, Max Biaggi y Sete Gibernau, sin que el resto de pilotos pudiesen hacer nada por minimizar el vendaval de pilotaje que se les avecinó.

Con el tiempo quedó claro que Sete Gibernau en esta ocasión no podría alcanzar lo más alto del podio con su Movistar Honda RC 211 V y por ello que decidiera dejar que sus rivales se fuesen y consolidar una tercera plaza que es buena tras disputarse la primera de dieciséis carreras previstas.

Por delante, mucho tiempo llevó la iniciativa Valentino Rossi con su nueva Yamaha, pero en ocasiones fue Max Biaggi el que intentó cambiar el signo de la carrera y adjudicarse su primer triunfo ante un acérrimo enemigo que en ningún momento dio muestras de debilidad a lo largo de las 28 vueltas.

Durante tres vueltas, de la vigésima tercera a la vigésima quinta, fue Max Biaggi quien impuso el ritmo al frente de la prueba, pero los adelantamientos resultaron entonces espeluznantes y ninguno daba muestras de querer ceder ante su rival.

Sin embargo, Rossi tenía claro que no podía arriesgar a entrar segundo en la última vuelta y una antes decidió doblegar a su rival en un arriesgado interior que mantuvo las dos motos en paralelo un buen tiempo.