Mérida: Juanma; Canterla, Jorge Rodríguez, Muiño (Papadopoulos, 69), Juan Ríos; Olivar, Benítez; Juan Jesús, Lezaun, Troiteiro (Dopico, 56); y David Hernández.

Marbella: Avila; Raúl Gaitán, Ríos, Loren, Fernando Loriente; Carlos Rivera; Abel (Quique, 83), Apoño, Pepelu, Santi Moreno (José Manuel, 89); y Cristian Seubert (Cristian Leroi, 72).

Gol: 0-1. Min. 66: Santi Moreno, de penalti.

Arbitro: García García (manchego). Su error en el penalti desequilibró el choque (0). Amonestó, por el Mérida, a Canterla, Benítez, David Hernández, Ríos (cumple ciclo) y Jorge y, por el Marbella, a Carlos Rivera y Pepelu. Señaló 20 faltas contra el Mérida (13 y 7) y 19 contra el Marbella (12 y 7). Descontó 1´30´´ y 4´.

Incidencias: 1.600 espectadores en el Romano. Césped en aparente mejor estado, aunque muy blando por las lluvias previas.

El globo del Mérida se desinfla. La excelente primera vuelta del conjunto romano va camino de quedarse en un bonito recuerdo. Aunque mejor cabría acotar el término excelente a los tres primeros quintos de la primera vuelta. Porque desde el obligado triunfo del Mérida en Zafra, en la undécima jornada, el equipo emeritense, tal como informó este diario en su día, firma números de descenso. Desde la victoria ante el Díter, el Mérida sólo sumó 10 de los 39 puntos en juego. Unicamente la propia igualdad de la categoría le ha permitido mantener el tipo en la quinta plaza hasta que llegaron las últimas derrotas ante Cartagena y Marbella.

En esta peligrosa dinámica, con el Mérida octavo, parece casi más lógico dejar de pensar, por ahora, en la cuarta plaza, que está ya a seis puntos y el Linares tiene un partido menos y empezar a pensar en sumar cuanto antes los 45 puntos que prácticamente permiten asegurar la categoría. Y es que, aunque el descenso directo está a ocho puntos, el puesto de promoción para la permanencia queda a seis. Es decir, el Mérida está ahora mismo en terreno de nadie y a la misma distancia tanto del objetivo más ambicioso como del más preocupante: la salvación.

Y todo esto en medio del ambiente menos propicio, pues el divorcio de la grada con el banquillo es más que evidente. La única duda es cuánto tiempo podrá aguantar la familia Fouto esta desagradable situación.

El partido tiene poco que contar. Fue malo de solemnidad. El patadón, de uno y otro lado, fue la táctica a seguir. En el primer acto, el Mérida dispuso de dos claras opciones en los minutos 7 y 31 y el Marbella de una en el 43.

INJUSTICIA El Mérida se disipó en la primera parte como una gaseosa y los nervios, en la reanudación, comenzaron a atenazar a los jugadores locales hasta convertirse en presa de constantes imprecisiones. El partido parecía abocado al empate inicial hasta que en el minuto 66 el árbitro señaló como penalti una mano claramente involuntaria de Ríos. El exjugador del Díter Santi Moreno transformó el penalti.

El propio Santi Moreno mandó después un balón a la cruceta. El Mérida, en toda la segunda parte, sólo inquietó el marco de Avila con dos centros que no encontraron rematador.

La media hora final fue un suplicio con la grada coreando con ironía ¡Lucas, quédate! y premiando con olés las jugadas foráneas. La situación es límite.