La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, dio el apoyo del Ejecutivo español a las recomendaciones del Comité Olímpico Internacional (COI), suscritas también por el Comité Olímpico Español (COE), de que los deportistas no hagan declaraciones políticas en las instalaciones olímpicas. También lo hizo el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky (foto), que antes de partir ayer rumbo a Pekín con el segundo grupo de la expedición española reclamó "un punto de equilibrio" entre la competición olímpica y las percepciones y posiciones políticas individuales. El presidente del COE, Alejandro Blanco, dijo ayer que "los deportistas son mayores y saben que pueden decir lo que quieran", pero se justificó diciendo que solo había recordado a los deportistas el artículo de la Carta Olímpica, que prohíbe manifestarse sobre temas políticos o religiosos. "Pero eso ya era así en Atenas y en Sídney", apuntilló.