En el Madrid todos quieren que se parezca a Raúl. O a Hugo Sánchez. Jorge Valdano, el director general, tiene ahora que lidiar con sus representantes para poner al día un contrato que ha quedado desfasado. El gol es la vida de Javier García Portillo (Aranjuez, 1982).

Su tanto decisivo ante el Borussia de Dortmund le ha colocado en primer plano, delante incluso en la foto de las grandes estrellas madridistas, que de momento sólo le dejan unos pocos minutos para lucir sus habilidades.

"Quiero jugar otro ratito en Dortmund", había dicho dos días después de marcar ante el Valladolid el tercer gol blanco cuando no llevaba más de tres minutos en el campo. Ante el campeón alemán se superó y batió a Lehman la primera vez que le llegó el balón, en el minuto 90, 57 segundos después de saltar al campo en sustitución de Pavón.

MORIENTES LO CELEBRO

Fernando Morientes lo celebró desde el banquillo como el que más, pese a ser consciente de que su prometedor compañero de 20 años (cumplirá 21 el día 30) acababa de echar una tonelada de tierra encima de su destino.

Era el gol número 763 desde que juega en competiciones oficiales. "Los tengo todos apuntados en una libreta", desveló al día siguiente de su hazaña en el Westfalenstadion. Los marca en el Madrid desde 1994, año en el que fue fichado para los infantiles, con el visto bueno de Vicente del Bosque.

En su primera temporada ya se fue a los 40 goles y su padre, Julián, ya miraba por entonces al club blanco de otra manera después de muchos años de pensar como rojiblanco debido a que un familiar empleado del Atlético le facilitaba localidades para acudir al Vicente Calderón. Una coincidencia más con Raúl, a quien su progenitor le ha puesto siempre como ejemplo. "Mira qué raza tiene. Con esa mentalidad tienes que salir siempre al campo para llegar donde está", le ha dicho cientos de veces dentro y fuera del bar que regenta en Aranjuez. Y el sábado, ni un minuto en Vitoria.