El gol fantasma más claro y real de los últimos tiempos en el fútbol se vio en el Betis-Barça. Los únicos que no lo vieron fueron el cuerpo arbitral, que no concedió un tanto favorable al cuadro azulgrana en una pelota que entró medio metro en la portería. Hernández Hernández, el colegiado principal, tuvo el ademán de dar el gol, pero el juez de linea no le hizo ninguna señal de que, efectivamente, era un gol legal.

Las tres últimas pelotas del Open de Australia se revisaron a través del ojo de halcón. Roger Federer no saltó de alegría hasta que la tecnología no corroboró la validez de su tiro, que botó en la línea. El fútbol, en cambio, reticente a los avances tecnológicos, no quiere aprovechar la técnica para evitar que se produzcan injusticias. Algunas ligas, sin embargo, han introducido las cámaras en las porterías para reparar posibles errores en acciones discutibles que pueden ser gol. Entre ellas, la Premier. La española, en cambio, no se distingue por su deseo de evolucionar.

Las imágenes revelaron con claridad que en una misma jugada hay un posible penalti a Neymar, sujeto a la interpretación del árbitro. En esa misma acción, un defensa trata de despejar un balón, pero lo hace hacia su propia portería. Mandi lo saca, pero claramente dentro del marco.

"Sigo con mi discurso: hay que ayudar a los árbitros, y la tecnología les puede ayudar, pero no solo en las situaciones que me beneficien a mí, sino en todas", opinó Luis Enrique. Neymar tardó muy poco en resaltar con cierta ironía, el doble error arbitral en la jugada, por el penalti no pitado y el gol no concedido.