El objetivo del Mérida de ascender a Segunda División B está a noventa minutos, los que se van a disputar esta tarde a partir de las 18.30 horas en el campo de San Lorenzo de Laredo. El choque será además televisado por Canal Extremadura.

Unos 700 aficionados romanos estarán en tierras cántabras y muchos miles animarán al equipo desde la capital extremeña, esperando que esta noche de sábado sea noche de celebración. El cuartel general estará en el Parque López de Ayala de la capital extremeña, pues habrá una pantalla gigante, junto a otros muchos puntos de reunión repartidos por todo la ciudad.

La ilusión es máxima, aunque el empate a cero de la ida supuso un pequeño mazazo para todos, pues viendo el encuentro, el Mérida debió encarrilar la eliminatoria. En el recuerdo de todos los aficionados y, seguramente también de la plantilla, está la jugada del minuto 42 de Joaqui Flores en la que "si llega a entrar le metemos tres", asevera cualquier aficionado emeritense con el que se hable esta semana por la calle.

Pero lo cierto es que el Mérida no aprovechó ni esa ni las otras dos ocasiones de las que dispuso en la segunda parte ante un Laredo que no llegó a tirar a la portería de Manu.

CAMPO ESTRECHO Por esto, la primera sensación tras el pitido final hace una semana, tanto en la afición como en el equipo, fue de desasosiego por la oportunidad perdida, una sensación que ha ido cambiando conforme han pasado los días.

Para el partido de hoy, el escenario es muy distinto. Un campo mucho más pequeño, aunque con césped en buenas condiciones, y con muchos menos aficionados en el campo (de 11.800 a 3.000). Los de Angel Alcázar tendrán que hacer un ejercicio de adaptación a las condiciones a las que se van a encontrar.

El fútbol tendrá que ser mucho más directo, estando muy pendientes de las segundas jugadas y siendo claves las jugadas a balón parado. El propio Alcázar reconoce que espera a un Laredo "muy rocoso, similar al que vimos en la ida" y añade que "no tendremos prisa por marcar".

En este sentido, el veterano cancerbero Manu quiere pasarle toda la presión al equipo cántabro pues "con un gol tenemos mucha ventaja".

En el capítulo de bajas, Alcázar no podrá contar con Iván Matas, expulsado en la ida, y se mantiene la duda de Jesús Perera. El máximo goleador romano tuvo que ser sustituido en la ida por problemas físicos y ha estado entrenando a un menor ritmo durante la semana. Por otro lado, quien acumula una semana más de entrenamiento es Troiteiro, quien ya volvió a tener minutos la semana pasada.

El sistema que utilice el entrenador emeritense es otra de las incógnitas, ya que después de jugar toda la segunda vuelta con dos delanteros, volvió al 4-3-3 de principios de temporada. Las variantes son muchas y seguramente dependerá de la situación a nivel físico en la que lleguen los dos jugadores más temidos en Laredo, Jesús Perera y el propio Troiteiro.