La final de la Copa Davis entre España y Estados Unidos empieza con una apuesta inesperada y fuerte. "De choque", dijo ayer Jordi Arrese, el capitán español, al valorar la elección de Rafael Nadal en lugar de Juan Carlos Ferrero para debutar ante el número uno estadounidense Andy Roddick, en el segundo partido del día. Carlos Moyá y el estadounidense Mardy Fish abrirán antes la eliminatoria (12.00 horas).

El murmullo que se oyó entre los 200 asistentes presentes en el sorteo celebrado ayer en el estadio de La Cartuja cuando el sueco Stefan Fransson, juez árbitro del encuentro, dio a conocer el nombre del joven tenista mallorquín como número 2 del equipo español delató la sorpresa de una decisión que, para bien o para mal, puede marcar el duelo entre españoles y americanos. Unos luchan por conseguir el segundo título de la historia; los otros pretenden acabar con una sequía que se remonta a 1995.

La sorpresa de los invitados al acto que decide el orden de los partidos del primer día habría sido menor si se hubieran fijado en la cara de Ferrero cuando se sentó en la última silla del equipo español. El valenciano no ocultaba la decepción. Su semblante serio le delataba. No era para menos. El exnúmero 1 mundial se fue el miércoles a la cama convencido de que iba a jugar y le despertaron ayer, anunciándole tras el desayuno, que se quedaba en el banquillo. "Es una decisión de los capitanes. Me ha sorprendido, para qué negarlo. Ha sido un pequeño palo para alguien que siempre lo ha dado todo en la Copa Davis. Creen que Rafa está mejor que yo", decía decepcionado.

DECISIÓN UNÁNIME Arrese y sus compañeros del G-3, Juan Bautista Avendaño y Josep Perlas, no tomaron la decisión a la ligera. "Si Juan Carlos nos hubiera dado la tranquilidad que nos ha dado siempre antes, seguro que jugaría", razonaba Arrese para justificar el cambio. Fue decidido la noche del miércoles por unanimidad entre los tres, después de valorar los "problemillas", con los que ha llegado Ferrero a Sevilla, sin ritmo de partidos y con una llaga en la mano que ayer mostraba el tenista, asegurando que ya estaba curada. El G-3 ha decidido poner la ensaladera en manos de un joven de 18 años que ha debutado este año en la Copa Davis, pero que se comporta como un auténtico veterano y del que nadie tiene dudas tras sus victorias en las anteriores eliminatorias contra la República Checa en Brno y la semifinal ante Francia, donde ganó los puntos decisivos que han colocado a España en la final de Sevilla.

EQUIPO MALLORQUÍN "Lo normal era que jugase Juan Carlos. Estoy sorprendido por la elección y un poco nervioso, pero a la vez ilusionado y dispuesto para ganar a Roddick", explicaba Nadal, que junto a Moyá formará hoy un equipo totalmente mallorquín. Una anécdota ante la difícil misión que a ambos les espera en el estadio de La Cartuja ante 27.000 aficionados, que ayer agotaron en otro tiempo récord las últimas 600 entradas que se pusieron a la venta. Entre la afición predomina un optimismo desmedido.

Los capitanes españoles están convencidos de que hoy presentarán ante Estados Unidos a sus dos hombres más en forma. "Esta es la ventaja de tener cuatro jugadores de individuales de primer orden", admitía el capitán estadounidense Patrick McEnroe, que no se sorprendió aparentemente por el descarte de Ferrero. El problema del equipo americano no es si juega Moyá, Ferrero, Nadal o Robredo; el problema es conseguir que sus bombarderos puedan imponer su juego ofensivo sobre la única superficie en la que no son favoritos y donde España lleva 11 eliminatorias seguidas sin conocer la derrota.

El reto es difícil, aunque Roddick recordaba estos días en su página web que Alex Corretja logró ganar a Pete Sampras sobre hierba en Houston, en el 2003. "¿Por qué no imaginar algo parecido, pero al revés en Sevilla?", se preguntaba. Ayer se mostraban seguros de hacerlo. Pero el juego empieza hoy.