La subvenciónal Cacereño

Entre los eventos deportivos patrocinados por el Ayuntamiento de Cáceres, para el realce de las fiestas de San Fernando 2004, se encontraba un partido de fútbol a disputar entre el Cacereño y Extremadura. Un periodista se tomó la molestia se tomó la molestia de contar los espectadores asistentes y éstos llegaron a 84. Ante esta realidad nos tenemos que preguntar ¿quién toma la decisión para patrocinar e invertir dinero en este tipo de festejos?

Hace unos días nuestro ayuntamiento abonó una subvención de 180.000 euros a los rectores del Cacereño, que es una SAD, propiedad de media docena de personas, las cuales con sus gestiones y decisiones le han llevado a un doloros descenso y dejarlo en una categoría que nuestra ciudad no merece.

Cuando se realiza una inversión económica, quien la otorga debería pensar en hacerla rentable. Si ésta sale del erario público se hace obligatorio. Por ejemplo, dada la marcha del equipo desde el comienzo de la competición, esta subvención sólo debería haberse materializado a condición de mantenerse el club en Segunda División B. Desde el comienzo estuvo abajo y se hacía presumible el descenso. La afición cacereña así lo veía, lo sentía y padecía.

De haber acordado el compromiso de subvención por permanencia, quizás cuando transcurría lo que se denomina mercado de fichajes de invierno, parte de los 180.000 euros se hubiesen aplicado en reforzar el equipo para luchar por mantener la categoría. Posiblemente con una actuación eficaz se hubiese conseguido y con ello la subvención abonado se podía considerar justificada.FELIPE CRIADO. Cáceres