En recuerdo de Maríay su ´gimnasia´

Finaliza el año, y mirando hacia atrás, quisiera hacer un memorandum que sirva de homenaje a todas aquellas mujeres que participan en el Programa de Dinamización Deportiva Municipal y con especial recuerdo a María, que nos dejó en agosto.

A la gimnasia se acercan grupos de mujeres, con bastantes, variados e insólitas dolencias o problemas físicos, que por recomendación del médico, alternativa a sus "auto-obligados" paseos o simplemente la curiosidad, se acercan a "eso de la gimnasia".

A María, como a todas en su primer día, se le explica "lo que no hacemos son milagros. El objetivo es que se diviertan. Obligatorio reírse. Vale hablar si no se paran y tienen que volver. Los efectos los notará por dentro y se les reflejará en la cara". Además de la actividad física, juntos creamos un espacio y un tiempo para la diversión, la calidez, el entendimiento e intercambio con sus iguales, pese a que se conocen de toda la vida, olvidando sus quehaceres cotidianos de amas de casa.

Durante los más de seis años que conocí a María no recuerdo un momento en el que me dedicase algún mal gesto o enfado, siempre agradable y sumando, queriendo cuidar "su gimnasia".

Tras el verano de 2003 ya no acude a las sesiones. El grupo me hace partícipe de que tiene una enfermedad que acaba con ella. Este 2004 tuve la suerte de verla en dos ocasiones. La primera a principios de año. La fui a visitar con otras dos alumnas, descansaba en su casa de los efectos agresivos del tratamiento. Su primera reacción fue de sorpresa y agradecimiento e intento transmitirme que estaba bien, repitiéndome que volvería a la gimnasia con seguridad.

La segunda vez fue en junio. Volvió de visita. La proximidad de las vacaciones y el tratamiento quizá no le brindara otra oportunidad. Me marcó esa mirada que hacía expresa su despedida y agradecimiento.

Después de las vacaciones pregunté de nuevo por ella. Silencio. No hicieron falta respuestas. Murió en agosto. Me impactó, emocionó y afectó. No fue una sesión divertida (no recuerdo otra tan triste y silenciosa), el grupo se esforzaba por ayudarme a digerirlo porque formamos parte de ese grupo.

Quiero rendirte homenaje a modo de despedida y agradecerte, María, que me hayas ayudado a comprender que en esas dos horas que os dedicamos a la semana, las mejoras físicas, cariño y comprensión que os damos, abrumadoramente es devuelto con gratitud, generosidad y humanidad de la cuál me pregunto si seremos merecedores. Gracias por valorar mi trabajo y hacerme sentir en la responsabilidad de tener que aportar, a mis alumnas y tus compañeras, un poco de alegría e ilusión, que como saben es algo que no sobra.

TOMAS BRAVO. Cáceres