Jaume versus

Juan Carlos

Uno es de derechas y otro de izquierdas, es decir, ambos son políticos. Uno es de aquí y el otro de allá y los dos con gran poder como es la capacidad de decisión. Ambos se relacionan con los mismos problemas, pero una década los separa distantes en el tiempo.

Al de aquí, los mismos le vinieron con un ascenso deportivo que era novedoso y políticamente rentable. Además estaba Carlos al que se le debe el evento, es decir, el padre, alma mater, y protector a la vez de la criatura en sus primeros pasos, ejerciendo de facto un cierto virreinato en plaza fuerte codiciada, la de mi ciudad, y la efe fáctica con toda su cohorte detrás apoyando a Carlos. No se si a Juan Carlos, el nuestro, la aventura le fue rentable. Existe constancia de que la caja de Jesús se dejó en la gatera sociocultural cerca de 12 millones de euros, unos 2.000 millones de las antiguas pesetas. ¿Es menester por alguien algún reproche?, si ello lo es así, que se diga.No se si fue Juan Carlos, Carlos, o José María, aunque seguro que un poco debió haber de todo. Lo cierto es que por muchos años los de aquí disfrutamos largo tiempo de un emocionante deporte, algo así como un épico duelo de titanes de todos los colores, que además de bonito era caro.

Nosotros, los de aquí, una vez desaparecidos del escenario los fantasmas de opereta, empezamos a sentirnos primero con angustia, y luego asfixiados. Cada vez fuimos menos los que tratamos de levantar un emblema que paseó el nombre de Extremadura por los confines de la tierra. Y así, poco a poco, es decir lentamente, alejados de la mano de Dios y abandonados por todo poderoso, fuimos arrastrando nuestras miserias desde las delicias del paraíso hasta caer en los abismos de un infierno que al final resultó ser sólo el purgatorio.

A los postres quedamos pocos. Perdida la magia política se acabó el dinero y perdida la pasta se acabó el espectáculo, se esfumaron los fantasmones cañí y los figurines y sólo se quedaron los buenos.

Y una vez cerrado el grifo, poco pudieron hacer quienes carecían de una industria solvente y de empresarios competentes. No se por qué, pero como si de un émulo de Silvio Rodríguez se tratase, me viene a la mente el último verso de su canción Sueño con serpientes . Vaya para ellos, los incondicionales, este pensamiento porque han demostrado que de verdad, ellos, son los necesarios. Jaume en sus islas ofrece a su equipo relumbrón, hoy con los mismos logros que antaño el nuestro, similares prebendas a las que Juan Carlos, el nuestro, otorgó al suyo en otros tiempos. Para Jaume al día de hoy, ellos son políticamente rentables, tal como para Juan Carlos, en sus tiempos, le fueron los acontecimientos suyos. Los de allá tienen al menos empresarios solventes e industria potente. Ya veremos a su clase política cómo actúa con el tiempo y se sabrá si su historia tiene paralelismos.

A ellos, a los allá, les digo: ¡ojo con los políticos y no os fiéis mucho de ellos!, os apoyarán hasta que dejéis de ser rentables. Aunque no debéis temer demasiado ya que si os falla lo institucional, tenéis al menos lo que a nosotros os falta y echamos de menos. ¡Qué suerte tenéis, cochinos!

J. A. MARCELO DE AZA. Cáceres