Dirección técnica y arrogancia en Cáceres

La dirección técnica deportiva de un club de fútbol, también denominada secretaría técnica, es un puesto fundamental en el organigrama del club, una pieza clave para alcanzar el objetivo diseñado en la planificación. Pues bien, la dirección técnica de un club de fútbol decano de la ciudad de Cáceres, que antaño fue grande y señorial y hoy en día está olvidado por todos, al parecer puede desempeñarla cualquiera.

La persona en cuestión no solamente debe reunir una serie de conocimientos básicos en materia deportiva, jurídica, administrativa, etcétera, sino sobre todo, ha de tener un mínimo de educación, respeto, amabilidad y saber estar. Un director técnico-deportivo no sólo vale con ostentar el cargo, necesita (como él dice) cien cosas más, ya que la actuación y comportamiento de la dirección técnica será fiel reflejo del plano deportivo del club.

Desde esta tribuna deportiva que me brinda este diario, aprovecho la ocasión para alegar al respecto que es requisito sine qua non que los jugadores que conforman la plantilla del club se han de sentir a gusto en el seno de la entidad deportiva, y esa labor es competencia del secretario técnico. Sentirse a gusto significa, lisa y llanamente, disfrutar del fútbol, sentirse querido y reconocido por el club, depositar confianza en los jugadores, darles oportunidades, reconocimiento del trabajo diario, escuchar sus quejas y problemas e incentivarlos en los entrenamientos y encuentros para que den de sí todo lo que tengan. Las descalificaciones, broncas y malos modales aquí no caben y lo que se consigue con esas actitudes es el abandono del club de muchos jugadores de sobrada cualidad técnica y humana.

Hoy en día la arrogancia, la chulería y la prepotencia sobran en el fútbol.

JUAN LUIS ESPADA. Cáceres