Ahora que se acerca el final de liga regular, y los play off están asegurados, no quisiera dejar pasar la oportunidad de hablar acerca de un tema que a mí me apasiona, y del que, por lo general, el aficionado es bastante desconocedor. Me estoy refiriendo al scouting.

El video (como comúnmente llamamos a esta herramienta los hispano-parlantes) es una parte fundamental de la táctica, aunque alguna vez puede ser utilizado para mejorar detalles técnicos como la mecánica de tiro, o el bote. En los equipos grandes es usual que haya un miembro del cuerpo técnico que se dedique exclusivamente a ver videos de los rivales y analizarlos, aunque en la mayoría de los equipos suele ser tarea del segundo entrenador.

En el caso de nuestro Cáceres 2016 es Mario Segalás el que pasa horas y horas viendo partidos de los futuros rivales y analizando cuáles son sus puntos fuertes y debilidades tanto en ataque como en defensa. Mediante el scouting se puede ver cómo juega un equipo, sus sistemas de ataque y sus variantes defensivas, así como, de una forma más individual, desde donde y de qué manera le gusta anotar a los jugadores adversarios.

Es una herramienta más al servicio de los jugadores, aunque no todos le den el mismo valor. Desgraciadamente es muy habitual ver a jugadores que no prestan atención en la charla pre-partido y se aburren rápido del video, para que luego, llegado el momento, te anoten tal y como te han explicado dos horas antes para desesperación del bueno de Mario. Yo he sido un fanático del scouting, ya que ha sido un elemento fundamental para progresar en mi carrera debido a mis limitaciones. Me ha facilitado el trabajo y debo agradecérselo a todos los técnicos que han invertido horas viendo videos de rivales para mí.

También es útil a la hora de analizar los partidos jugados. El video nunca miente, para desgracia de jugadores que siempre tienen una excusa para su fallo en algún compañero. Es el Gran Hermano del baloncesto, nadie escapa a su ojo.