José Manuel Calderón continúa pasando los que quizás son los días más extraños de su larga carrera en la NBA. Ayer fue durante una hora y 59 minutos jugador de uno de los grandes aspirantes al título, los Golden State Warriors, que respetaron el acuerdo verbal que habían alcanzado hace unos días. Sin embargo, y también como se esperaba, rescindieron el contrato para hacer hueco en su plantilla a Matt Barnes, un alero que suple temporalmente al lesionado Kevin Durant.

El esguince de rodilla derecha con fisura en la tibia de Durant ha congelado los sueños del base extremeño de luchar por el anillo de campeón, al menos por ahora. A los Warriors les costó unos 400.000 dólares mantener su palabra, una cifra que Calderón tenía ya garantizada cobrar procedente del equipo que a principios de esta semana anunció su marcha, Los Angeles Lakers.

¿Qué pasará ahora con el villanovense? Nadie lo sabe a ciencia cierta. Existen dos principales fundamentales: que espere a que Durant se recupere --se habla de cuatro semanas de baja-- y poder ocupar el puesto de Barnes en la plantilla que dispute los playoffs o bien incorporarse ya mismo a otro aspirante que podría estar interesado. En las últimas horas se ha señalado a Atlanta Hawks como equipo al que le vendría bien la experiencia de Calderón en este momento de la temporada. La tercera vía, regresar al baloncesto europeo doce años después, parece mucho más complicada, aunque ofertas no le faltarían. Su deseo es salir al mercado de la NBA el próximo verano ya como agente libre.