CACEREÑO: Vargas, Rubén Palero, Gonzalo, Mejías, Toni, Aarón, David Cuerva, Antonio Amaro, Alvaro Ocaña (min. 68, Kofi), Pablo Gállego (min. 83, Ale), Martins (Alberto Beato, min. 94).

PONTEVEDRA: Edu, Adrián, Verdú, Campillo, Bruno, Kevin, Borjas (min. 78, Jandrín), Alex, Mouriño (min. 64, Miki), Jacobo (min. 55, Tomás) y Carnero.

GOL: 1-0-Min. 54: Pablo Gállego.

ARBITRO: Pérez Muley (Madrileño). Amarillas a los locales Palero, Mejías y Aarón y a los visitantes (Carnero, dos, roja en el min. 23) y Kevin.

INCIDENCIAS: Mucho calor. Colas en la única taquilla abierta. Quejas de aficionados.

En un ejercicio escasamente plástico, el Cacereño amarró sus primeros tres puntos ligueros de la temporada ante el Pontevedra (1-0). Sirvió un golazo de virtuoso de un futbolista de perfil entusiasta, el aragonés Pablo Gállego, al inicio del segundo tiempo, cuando el grupo de Angel Marcos jugaba con un hombre más por expulsión del visitante Carnero (min. 23).

En realidad, fue el CPC de la pasada temporada. Idéntico en la forma y casi en el fondo. Jugar en el Príncipe Felipe se ha convertido casi en una garantía de éxito. El equipo sigue sin dar espectáculo, pero continúa triunfando. Genera poco fútbol --en realidad esto sigue siendo Segunda B, pese al cambio de grupo-- pero noquea al contrario a base de una defensa sólida y goles. No está el ya añoradísimo Carreño, no, pero ahí sigue la dinámica.

Martins está solo arriba. Lo decía Aarón y lo dice todo el mundo. Pelea el '9' verde como pocos, se faja y no para de correr como un poseso en su particular aventura de incomodar a los defensas contrarios. Ayer hizo un nuevo e ingente desgaste que para él no se tradujo en gol. Pero este tipo es necesario. Con esa virtud tan preciada y con sus defectos, el Cacereño propone la efectividad de su fútbol como máxima. Y a fe que este año va a seguir por esa senda.

El Pontevedra se pudo llevar algún punto, pero pecó de inocente con el codazo de Carnero a Mejías que le valió la expulsión y que pagó caro a la larga. Entre este factor y el del tremendo calor, el Cacereño se manejó notablemente para obtener el rédito del triunfo. Porque los gallegos fueron mejores hasta ese minuto 23, controlando con más sentido el balón ante un equipo, el CPC, excesivamente tenso.

Poco hubo. Vargas intervino bien en una ocasión de Carnero (min. 9). A partir de ahí, y con una defensa sólida, el grupo de Marcos vivió también del talento y el toque exquisito de David Cuerva y su escudero Antonio Amaro, del juego aéreo de Aarón y de las acometidas por banda de Ocaña y Gállego, jugador que sigue creciendo.

Apenas hubo ocasiones en el primer acto. Estuvo más cerca el cuadro visitante, pero la puntería no fue lo suyo. En el Cacereño pensaban, y con razón, que su rival iba a notar la inferioridad numérica y que llegaría el momento para asestar el zarpazo en forma de gol.

SEGUNDA PARTE Ya en el segundo, los locales se pusieron manos a la obra con el cambio táctico de adelantar a Aarón y retrasar a Amaro. Cuervas filtró un buen pase interior a Gállego, que hizo un par de filigranas ante la defensa gallega y se sacó un disparo casi imposible ante el que nada pudo hacer Edu.

Desde entonces todo fue menos prolijo. El Pontevedra, con un entrenador, Luisito, de pasado en el club extremeño, es al cabo un bloque similar al del Cacereño en cuanto a honradez y, cómo no, en el perfil limitado de su fútbol. Respondiendo a esas pautas, hizo todo lo que pudo por puntuar, pero los extremeños fueron los que gozaron de más opciones para marcar.

Martins estuvo cerca, el propio Gállego también, pero el balón ya no entraría más, lo que multiplicó los nervios. Entraron Ale y Alberto Beato, dos buenas noticias. No tuvieron premio los visitantes, y pagaron cara una acción tan evitable como innecesaria. El Cacereño sigue el guión, no se mueve de él. El norte parece el sur, también en lo futbolístico, en el Príncipe Felipe. Nada cambia, todo parece escrito.