Ahora le toca al Cáceres y a Cáceres. Esta noche (21.00 horas) se inician los 80 minutos que pueden darle un giro más a la sorprendente historia de esta temporada de su equipo de basket. Ganar hoy y el domingo supondrá colarse en la final por el ascenso a la Liga Endesa, un desenlace inesperado, pero posible a juzgar cómo están transcurriendo las últimas semanas.

El conjunto de Gustavo Aranzana robó el factor campo en Melilla y ahora tiene todo en la mano para sentenciar, aunque, como ocurrió ante el Ford Burgos, esto no quiere decir nada. Ante los castellanos se encaraba el tercer partido en análoga situación, pero se necesitó volver a ganar en El Plantío en el quinto. Esa es una hazaña que ni por asomo se desea tener que volver a repetir.

Cáceres y su Multiusos, su guarida, ante la que previsiblemente será la mejor entrada de la temporada y una animación espectacular, casi como en los viejos tiempos. No hay mejor manera de celebrar el vigésimo aniversario del ascenso con otra gesta igual. Pero queda mucho para eso todavía. Los locales han demostrado hasta el momento ser mejores que sus rivales, pero deben seguir en esa línea para darles el tiro de gracia.

Ese 1-1 en la eliminatoria se ha conseguido a pesar de la ausencia del que probablemente es el mejor jugador de la plantilla cacereña, José Angel Antelo, que en la cita de esta noche es muy probable que tampoco pueda volver a estar. Al menos no ha entrenado en toda la semana, enfrascado en una minuciosa recuperación más bien encarada a hacerle saltar a la pista el domingo y únicamente si la situación se torna borrascosa.

Con Pedro Robles descartado, el gallego es la carta en la manga de una plantilla a la últimamente le sale todo, desde la atinada dirección de Dani Rodríguez, los triples de Francis Sánchez, el derroche de Xavi Forcada o la intimidación dentro de Leon Williams y Sergio Olmos. Un equipo con el que por fin se está sintiendo identificada una hinchada con mucho que decir. Olvidadas las polémicas de la semana --el precio de las entradas y las palabras de Antonio Pedrera ante un hipotético ascenso--, queda el baloncesto. Y ahí Aranzana se está moviendo como el técnico experimentadísimo que es.

LA PRESION El entrenador no dio señales de nerviosismo ayer ante los informadores. Todo lo contrario. Sereno, dijo públicamente que lo más importante será asumir "la presión y la ansiedad". "Tenemos una oportunidad muy bonita de cerrar la eliminatoria aquí, pero van a ser dos partidos a cara de perro. Melilla es un gran rival que nos va a poner en muchos problemas", analizó. En aspectos técnicos, se refirió a "mantener el nivel defensivo de los partidos ante Burgos y del primer encuentro de allí, dominar los tableros y mejorar un aspecto que nos ha hecho mucho daño como las pérdidas".

Como era previsible, no le faltó un tono de arenga: "el equipo va a dar un 200%. Ante Burgos se generó un ambiente extraordinario y eso ayudó. Ese es el camino. En la calle hay una voz de baloncesto. Es un patrimonio de esta ciudad". También se refirió a las declaraciones de Pedrera: "Nadie nos va a quitar la ilusión por dejarnos el alma por subir. Luego, Dios dirá. No es el momento para transmitir otra cosa que no sea ilusión. En el tiempo que llevo aquí no ha habido este escenario".

Preguntado por Antelo, por un momento pareció darle la responsabilidad de decidir si salta a la pista o no al jugador: "Tengo que hablar con él. Dependerá un poco de él, aunque el jugador siempre quiere estar. Pero es algo más de sensaciones".

No faltó una referencia a la pública batalla por traspasarse el favoritismo. "Respetamos lo que diga Melilla, que ha quedado quinto en la liga regular y nosotros novenos. Lo que no me gusta es lo del presupuesto --jugadores como Marcos Suka dijeron que el del Cáceres era superior--; yo sé cuál es el mío y cuál es el suyo y se han columpiado".