La carrera de Montreal, sin duda la más vistosa y atractiva de la temporada debido a los adelantamientos y, sobre todo, a las múltiples paradas en los boxes que están habiendo (ha habido pilotos, como Michael Schumacher, que se han detenido ya tres veces en sus talleres), ha entrado en su recta final con Lewis Hamilton (McLaren) y Fernando Alonso (Ferrari) ocupando las dos primeras posiciones de la carrera tras muchos cambios al frente de la general.

Jonson Button (McLaren), Sebastián Vettel (Red Bull), con muchos problemas de estabilidad y desgaste en sus ruedas, y Mark Webber (Red Bull) no han perdido, ni mucho memos, posibilidades de pelear por la victoria y, sin duda, alguno de ellos integrará el podio. La enorme incertidumbre que ha provocado durante todo el gran premio es la escasa eficacia de los neumáticos duros, que en cualquier otro trazado durante 30 o 40 vueltas y en Montreal se desgastan en 15 o 20, hacen totalmente imprevisible los protagonistas del octavo podio de la temporada.

Pedro Martínez de la Rosa ha abandonado en la vuelta 32 de las 70 por rotura de su motor Sauber.

La salida fue tan espectacular como se esperaba y Fernando Alonso (Ferrari) pudo mantener al llegar a la primera curva el tercer puesto de la parrilla que le regaló Mark Webber (Red Bull), penalizado con cinco puestos por haber cambiado su equipo la caja de cambios en previsión de que pudiese romperse en plena carrera. Alonso, pues, trazó en tercera posición la primera curva por detrás de Lewis Hamilton (McLaren) y Sebastián Vettel (Red Bull).

Detrás, un impetuoso Liuzzi se llevó por delante a Massa (Ferrari) y, a la vez, empujado al Mclaren de Button, dañándose ligeramente los tres coches. Petrov hacía lo propio con De la Rosa, que se veía obligado a detenerse en su taller antes de lo previsto.

Una vez estabilizadas las posición, empezó el incomprensible comportamiento deficiente de los neumáticos duros y todos debieron de detenerse, antes de la vuelta 10, en sus talleres para cambiar las ruedas. Los que salían con blandos, como Alonso y Hamilton, porque se les acababa la eficacia de sus neumáticos y los que lucían duros, los dos Red Bull de Vettel y Webber, porque se degradaban incomprensiblemente.

Una vez vueltos a la pista, Hamilton y Alonso empezaron un duelo muy espectacular, seguidos muy de cerca por Button, Vettel y Webber.