Vuelta 38, mitad de carrera en el Gran Premio de Indianápolis. Fernando Alonso coge la aspiración de Lewis Hamilton en la larga recta del óvalo y se apareja al inglés en la primera curva. Era el momento esperado, la clave de los planes del fin de semana en el que varió los reglajes de su coche y cedió la pole a cambio de ese instante. Pero el joven líder del Mundial es un grandísimo piloto, un tipo duro de pelar. Cerró la puerta con veteranía y ahí se decidió todo. Una colada en el infield después impidió al asturiano acercarse a su compañero antes del segundo repostaje. La buena noticia es que McLaren pudo con los Ferrari (tercero y cuarto); la mala, que Alonso pierde dos puntos con Hamilton.

Dos oportunidades encontró Alonso de adelantar a Hamilton, y en las dos encontró la puerta cerrada. La primera llegó en la salida. Los dos McLaren arrancaron en la primera línea y el asturiano se colgó del alerón trasero de su compañero hasta que ganó ese puntito más de velocidad que le permitió llegar parejo al primer giro. Pero Hamilton se tiró muy bien al exterior y Alonso tuvo que salirse de la trazada buena. La primera opción a la basura.

SIEMPRE AL LIMITE El piloto inglés sabía bien que la carrera se jugaría por muy poco e imprimió un ritmo demoledor, al límite. Incluso pudo salirse en varias ocasiones, como cuando llegó con el coche cruzado al tercer giro del infield, pero nada de esto le afecta. En Mónaco o en Montreal estuvo a punto de golpear los muros en varias ocasiones. Acostumbra a vivir en el alambre, disfruta al límite.

En Montreal, su primera victoria, ejerció un control total desde la cabeza, aunque en aquella ocasión solo tuvo que preocuparse del BMW de Nick Heidfeld y de no perder la concentración con las cuatro entradas del coche de seguridad.

Pero ayer, sobre el mítico Indy, sintió el aliento del bicampeón en la nuca. Alonso jugó a la contra variando los reglajes de coche en el último momento antes de la tercera manga de la crono. Esperaba que ese cambio le proporcionaría mejor ritmo que su compañero en un trazado donde es posible adelantar.

Pero Hamilton se defendió en el primer stint y entró a repostar un giro antes que Alonso (vuelta 21) con cuatro segundos de ventaja. Un retoque en el alerón delantero del McLaren del asturiano en el box mejoró su rendimiento. Alonso comenzó a rebajar diferencias con Hamilton --el inglés, con otros reglajes, fue víctima "de grainning en mis neumáticos, reconoció"-- a ritmo de tres y cuatro décimas por vuelta. Los planes de Alonso parecían surtir efecto, incluso rebajó un segundo en un solo giro (vuelta 26). Los doblados jugaron su papel y Alonso supo aprovechar el rebufo en las rectas.

Siete vueltas después, tenía al inglés a 1,4 segundos, y consiguió situarse a 0,7 segundos 10 vueltas después. Ahí se iba a decidir la carrera. Por detrás, la batalla estaba lejos. Los Ferrari marchaban a 15 segundos. Massa aguantó la tercera plaza pero Raikkonen perdió en la salida dos posiciones --fue