Era el momento de mostrar todo el músculo, el circuito para calibrar las posibilidades reales del coche para el resto del año, y Lewis Hamilton y Mercedes dieron un golpe en la mesa. Lo hizo el inglés con un pilotaje impecable, con un ritmo feroz que ya todo el mundo conoce como el «Hammer Time» (el momento del martillo) y lo completó Mercedes poniendo en sus manos un coche más rápido y una estrategia sólida. Su máximo rival, el único, el binomio Sebastian Vettel y Ferrari, se volvió loco buscando una estrategia a la contra con la que contrarrestar la diferencia de rendimiento. Los inventos salieron mal y sirvieron en bandeja el segundo puesto a Valteri Bottas para que la flechas de plata firmaran un doblete que ha escocido mucho en Maranello.

Fue una carrera de laboratorio, de estrategias, donde casi toda la acción se limitó a las primeras vueltas. Romain Grosjean, uno de los pilotos mas peligrosos, de la parrilla, volvió a liarla en la salida, algo así como en la arracada del GP de Bélgica 2012, cuando fue sancionado con un gran premio, la penalización más fuerte los últimos 15 años en Fórmula 1. Se salió y volvió a pista en la curva dos con el coche dado la vuelta. Alonso lo esquivó de milagro por la grava, pero el francés se llevó por delante a Nico Hulkenberg ya Pierre Gasly. Tres coches destrozados en la pista que obligaron a dar entrada al coche de seguridad.

Alonso cayó a la undécima posición, Sainz había ascendido al octavo, mientras que por delante, Sebastian Vettel le había robado la cartera a Valteri Bottas en la salida, aprovechando el rebufo de los 600 metros que separan la línea de salida de la primera curva. El duelo Hamilton-Vettel estaba servido en las dos primeras posiciones, y todo hacía indicar que los “segundos”, Kimi Raikkonen y Valteri Bottas, serían los conejillos de indias de Mercedes y Ferrari en los juegos de estrategia.

RITMO BESTIAL / Hamilton imprimió entonces un ritmo bestial que nadie pudo seguir, aumentando constantemente la diferencia sobre Vettel, que veía permanentemente a Bottas en sus retrovisores. En Ferrari quisieron protegerse de Bottas y llamaron a Vettel a boxes. En ese momento Bottas comenzó a tirar a ritmo de vuelta rápida. Llamaron al finlandés a box dos vueltas después y ya tenía ganados dos segundos sobre Vettel para ganarle la segunda posición. Lo que era un error de estrategia claro de Ferrari se enjugó con un mal pit stop de Mercedes, dos segundos más lento que el de Ferrari, así que Bottas regresó de nuevo por detrás de Vettel.

Ferrari perdió su segunda bala cuando Kimi Raikkonen quedó fuera de carrera por un problema mecánico al tiempo que Lewis Hamilton realizaba una placentera parada en boxes, con el colchón suficiente de tiempo —diez segundos— como para que un error en el cambio de ruedas como el de su compañero no le afectara.

SAINZ y ALONSO / Mientras, los españoles peleaban con dos rivales inesperados, los Alfa Romeo Sauber. Mientras Charles Lecrec taponaba a Alonso, Sainz se la jugaba para adelantar a Ericsson, al que no pudo rebasar hasta que el sueco tuvo que hacer su parada.

Al regreso de la ronda completa de primeras paradas en boxes, Hamilton mantenía los diez segundos de ventaja sobre Vettel, Bottas no se separaba de la cola del alemán, los dos Red Bull a diez segundos y después la clase media, encabezada por el Haas de Kevin Magnussen, por delante de Sainz, Lecrec y Alonso. Tras una buena remontada, el asturiano fue madurando poco a poco el adelantamiento sobre el nuevo talento francés que ganó como rookie la GP3 y la F-1. La diferencia de velocidad punta en favor del Alfa Romeo fue todo el fin de semana de 10 kilómetros por hora, casi imposible de contrarrestar con el DRS. Pero Alonso sacó lo mejor de su repertorio para sorprender a la estrella emergente y situarse justo detrás de Sainz. Durante toda la carrera preguntó por radio por el pronóstico meteorológico, pero la lluvia que deseaba no llegó nunca.

Con la carrera estabilizada sin posibilidades para de batir a Hamilton, Ferrari movió ficha y llamó a boxes a Vettel para jugar a la contra buscando un juego fresco de neumáticos ante la posibilidad de la entrada de un coche de seguridad. Y ese momento de tensión llegó una vuelta después, cuando en el proceso de doblar a Sergei Sirtotkin, Max Verstappen dañó su alerón delantero en una extraña maniobra con el ruso. Pero no llegó a más. Le dijeron por radio que solo había perdido 20 puntos de carga aerodinámica, y el fogoso holandés prefirió no entrar en boxes a cambiarlo, para mantenerse tercero. Vettel ni siquiera pudo superar el ritmo del holandés con neumáticos más frescos y un alerón sin dañar. La estrategia errónea de Ferrari le dejó fuera del podio y con la sensación de que el Mercedes se ha vuelto a escapar.