La selección española agotará en Mestalla sus últimas opciones de entrar en la próxima Eurocopa intentando resolver o al menos encauzar la eliminatoria de repesca en el partido de ida ante un equipo, Noruega, que se presenta como un rival accesible y que sólo se convertirá en incómodo el día 19 en la vuelta de Oslo.

Comprometidos, sin ansiedad. Así están en la víspera del día de la verdad los españoles. Iñaki Sáez no tiene dudas en su once. Ni tampoco en el papel que desempeña Noruega en este enfrentamiento. "Nos harán sufrir", insiste Sáez, que además solicita al público paciencia. Si no entra el gol rápido, tranquilidad. Ya llegará, según él.

NI UN GOL Entretanto, el gran reto de Iker Casillas es claro. El avisa. Ayer por la mañana vieron en vídeo por última vez a su enemigo. Y es que Iker no quiere ni hablar de encajar un gol. Por eso se apela a la máxima concentración. Pensar con ver a Noruega en Oslo con un gol a su favor da vértigo y esa hipótesis ni siquiera se maneja.

Y es que España sale con todo su potencial. Con la garra de Michel Salgado y Puyol en los laterales, el doble pivote del Valencia --Albelda y Baraja--, el buen momento de Etxeberría y Reyes en las bandas y la llegada de Fernando Torres y Raúl arriba.

Sáez se mantiene fiel a sus ideas. Entiende que un partido dura 90 minutos y que en sus códigos lo mismo aportan los que salen de inicio que aquellos que entran más tarde. Por eso para él Valerón es el revulsivo del segundo tiempo. Le salió bien la apuesta ante Ucrania y en Mestalla piensa repetirla hoy. Será un día especial para Sáez. Mientras él su juega su puesto de trabajo, un hijo suyo --Igor-- se casa en Bilbao, en una ceremonia a la que no podrá acudir por coincidir el evento con este decisivo partido.

La selección no ha dejado nada a la improvisación. Por ensayar ha probado hasta tandas de penaltis. Por si acaso hay que deshacer el desenlace final de esa forma. España apelará a la eficacia, a la rentabilidad. Una vez logrado el pasaporte para Portugal, llegará el momento de debatir otros aspectos, del estilo que debe ofrecer este equipo, por ejemplo. Pero ahora, no hay tiempo para las florituras. España sólo debe pensar en ganar. Y al precio que sea.

Sáez verá a los suyos con el viento a favor. Se han agotado todas las entradas. Desde el 92, cuando se perdió el billete para la Eurocopa de Suecia --aquella que ganó Dinamarca de la forma más inesperada-- la selección española nunca ha fallado a un torneo continental.

Noruega llega con bajas demasiado importantes para un colectivo débil. Carew, por estar enfrentado a su técnico Nils John Semb, Solsjkaer y Bergdolmo por lesión son ausencias demasiado notables. El equipo llegó ayer a Valencia tras su stage en La Manga (Murcia). Y llegan con su capitán Henning Berg al frente. Y con Frode Olsen, el portero exsevillista en el banquillo. Olsen de Triana , nombre con el que le habría gustado algún día jugar en España, según sus propias palabras ha sido estos días el perfecto embajador de sus compañeros en Murcia. Si la broma la pone Olsen, el oficio está en manos de Berg.

LA REFERENCIA Es Berg un tipo con experiencia de 34 años, que juega ahora en el Glasgow Rangers y que militó en su día en el Manchester United, en aquel United que cayó el 19 de abril de 2000 en Old Trafford. Es Berg ese noruego que intentó ir a por Fernando Redondo y que quedó perdido por un regate imposible que el argentino aprovechó para dar un balón a Raúl, que dio el pase a semifinales de la Copa de Europa.

El tiempo pasa. Sólo son dos años. Pero Reyes, por ejemplo, no se acuerda de esa acción. Sáez, por otra parte, desea que sus seis jugadores amenazados con sanción no se pierdan el viaje Oslo. Michel Salgado, Valerón, César, Etxeberría, Helguera y Marchena están apercibidos con una amarilla.