En Vancouver ha salido el sol en la última semana, pero el papel del equipo olímpico español no puede ser más gris. Y, lo que es peor, la última semana se presenta aún más oscura. España pasó el ecuador de los Juegos con un balance triste y sin esperanzas. La lesión de Jordi Font en la clavícula, que le impidió competir en condiciones en snowboardcross --en la que fue cuarto hace cuatro años en Turín--, y el desafortunado accidente de Queralt Castellet (que acabó en el hospital por una caída en el calentamiento de una final de half pipe que tenía más que a mano) acabaron de hundir las pocas opciones españolas de subir al podio.

La última semana se presenta aún peor. Solo María José Rienda, la veterana (34 años) esquiadora especialista en gigante, tiene entidad para plantarle cara a una adversidad que, en su caso, la ha castigado duramente en los tres últimos años con dos lesiones graves en ambas rodillas. Rienda esquiará el miércoles en busca de un resultado decente en sus quintos y últimos Juegos blancos, ya que esta temporada no ha conseguido pasar en ninguna carrera a la segunda manga (30 primeras).

18 EN SUPERGIGANTE En ese gigante la acompañará probablemente Carolina Ruiz, la única otra esquiadora española de alpino que recorre cada año el circuito mundial compitiendo en la Copa del Mundo. Ruiz, de 28 años, se mueve cómodamente entres las dos primeras series (30 mejores), pero en sus terceros Juegos le está faltando un plus de ambición. Fue 15 en del descenso del pasado miércoles y ayer ocupó una plaza similar (18) en la calidez de la zona templada del supergigante. La española tuvo un susto en un largo salto en la zona alta de la pista --aterrizó peligrosamente sobre las colas de los esquís-- pero intentó seguir atacando. No le bastó para escalar posiciones y acabó a casi tres segundos de la nueva campeona, la austriaca Andrea Fischbacher.

"Me encontraba muy bien y ataqué un montón durante la bajada, pero me llevé un pequeño susto en un salto, me fui un poco hacia arriba, pero por fortuna no fue nada y seguí atacando. Estoy contenta", aseguró Carolina Ruiz. Una satisfacción que denota la falta de ambición que caracteriza a veces a los deportistas de invierno españoles.

Las posiciones ocupadas en Vancouver están repletas de dobles dígitos y de guarismos muy altos. Algunos son justificados. El pionero Ander Mirambell quedó el 24º de 28 participantes en skeleton, una modalidad de trineo ligero que él solo se ha trabajado en los últimos tres años hasta ganarse un puesto olímpico. Mirambell quedó a un segundo del puesto 21º y a poco más de ocho de entrar en la última manga. "Quiero ser un deportista que viva la presión de los resultados, porque eso significará que tengo las herramientas para estar arriba", aseguró.