Roberto Heras saboreó ayer en la jornada de descanso de León su más que probable cuarto triunfo en la Vuelta, que le supondría el liderato en el palmarés de la historia, mientras que sus más directos rivales señalan como clave de la presente edición "el impresionante descenso" del líder en La Colladiella, donde se deshizo del ruso Denis Menchov.

Los favoritos de la Vuelta, sobre todo aquellos que presenciaron in situ la bajada de Heras, aún estaban sorprendidos un día después. "Se la jugó a cara o cruz, era ganar la Vuelta o perderla, o incluso caerse", comentaban entre otros Francisco Mancebo (Illes Balears), Carlos García Quesada (Comunidad Valenciana) y Oscar Sevilla (T-Mobile).

El último duelo en las cumbres pasó a la historia por la emboscada y la lección de estrategia del Liberty Seguros. Hubo ciclismo del que hace afición y un corredor, Heras, que reventó la Vuelta y dejó una imagen para el recuerdo. La moneda saltó al aire y salió cara, y por eso el corredor bejarano afronta las 6 últimas etapas con una ventaja de 4.30 minutos que servirán para superar las tres victorias que le empatan con el suizo Rominger. "Es un tiempo importante, y con el equipo que tengo estoy tranquilo, pero no quiero confianzas porque quedan etapas difíciles", dijo el maillot oro de la Vuelta.

Con el primer puesto del cajón bastante claro, la última semana ofrece el aliciente de la lucha por la segunda plaza. El ruso Menchov, el gran derrotado en Pajares, tiene un puñado de 20 segundos respecto a Carlos Sastre, que es tercero.

La decimosexta etapa unirá León y Valladolid con un recorrido de 162,5 kilómetros, un trayecto corto que puede hacer feliz a algún esprinter.