No había mucha gente (apenas cien personas en el momento álgido ), según los convocantes, por la premura de tiempo. Sonó algún pito y se exhibió una pancarta. Las caras eran de desánimo y las expresiones, muy gráficas. "Ojala tuviera yo el dinero"; "tendría que volver Sánchez Polo"; "esto, lo mejor es que dejemos de penar cada año así y nos vayamos con el baloncesto a nuestra casa"; "si fuera esto en Badajoz o en Mérida, esto no pasaría".

Todas esas lacónicas frases se pudieron escuchar entre los aficionados verdinegros que se reunieron anoche junto al kiosco de la música, convocados por peñistas ante la situación agónica que atraviesa el club. Muchos de ellos eran los mismos que, hacía 13 años y 13 días, asistieron al ascenso.

En todos ellos, un reproche: el escaso halo de positivismo que se ha impregnado en el cacereño de toda la vida que rezaba en la pancarta exhibida. "Si no nos manifestamos por lo de la autovía y el tramo de Hinojal, por esto, y tal y como está la cosa los últimos años, mucho menos", dice el histórico Juan Luis Morán, uno que nunca falla, ya desde tiempo inmemorial, desde dentro del propio club y ahora fuera.

Y mientras esto ocurría, una voz para la esperanza: el entrenador, Ñete Bohigas (cuya opción más firme para entrenar la temporada que viene, aunque no lo diga, es la de León, ahora en play off de ascenso). El técnico, piropeado por el concejal de Deportes, Lázaro García, en sus manifestaciones en este diario, sostiene que todavía hay esperanza: "si Lázaro dice lo que ha dicho, tiene que ser por algo", afirma con voz firme desde su teléfono móvil.

Otros indicios van en negativo: el presidente de la federación extremeña, Jesús Blanco, espera que no se consuma la venta y ha trabajado en ello, pero el horizonte es negro...