Guus Hiddink, el holandés errante que dirige a la selección de Rusia, será, con toda seguridad, la única persona de su país que el próximo sábado no deseará la victoria de Holanda en los cuartos de final de la Eurocopa ante el combinado ruso.

Hiddink logró al frente de Rusia la clasificación para los cuartos de final al quedar en la segunda plaza del Grupo D, después de vencer a Suecia (2-0). Ahora, a sus 61 años, el extécnico de Valencia, Real Madrid y Betis se encontrará con el amargo trago de tratar de poner fin a la trayectoria de la selección de su patria, al frente de un equipo ruso al que se incorporó en 2006 y al que ha querido dotar de características similares --salvando las distancias-- a las del fútbol oranje . "Estoy orgulloso pero no es suficiente. El siguiente reto son los holandeses", dijo el miércoles.