Con un operativo policial de máxima seguridad y en medio de una gran expectación. Así aterrizó ayer la selección de Argentina, con Messi al frente, en Suráfrica. La albiceleste, que fue despedida por miles de personas en Buenos Aires, ya se encuentra instalada en la Universidad de Pretoria, donde tendrá su cuartel general durante todo el Mundial.

Al astro del Barcelona se le vio tomando mate junto a Di Maria, uno de los jugadores que está sonando con más fuerza para fichar por el Madrid. Antes de partir, los hinchas mostraron varias pancartas de apoyo. "Un Diego son dos Pelé", era una de las más llamativas. El autobús de los jugadores fue seguido por una caravana de automóviles, que no dejaron de entonar cánticos de aliento al equipo. Los aficionados colapsaron el aeropuerto de Ezeiza y su autopista de ingreso, que registró un bloqueo de siete kilómetros.

Los jugadores no lo podían creer y filmaron todo el camino con sus cámaras. La policía tuvo que cortar el acceso de los seguidores a la terminal aérea ya que la situación se volvió inmanejable. A su llegada a Suráfrica, Maradona no quiso hablar con la prensa. Un nutrido contingente de periodistas y fotógrafos aguardaban en el aeropuerto internacional de Johannesburgo la llegada del equipo argentino, ubicado entre los favoritos para ganar esta copa. El seleccionador de la albiceleste solo dijo unas breves palabras: "Estoy muy contento de haber llegado a Suráfrica, amo este país y espero que empiece pronto el Mundial". Argentina debutará el 12 de junio ante Nigeria en Johannesburgo. Después de medirá con Corea del Norte y Grecia.