Hace quince años, casi una vida, Javier Moreno (Cáceres, 30 de agosto de 1969) debutó como entrenador de Tercera División en un Arroyo que jugaba sobre un campo aún de tierra. "Eramos los más modestos de la competición, incluso había sitios en los que se mofaban de nosotros", recuerda el técnico, que ahora vuelve a un club que regresa al saco de los modestos después de unos años de gloria, con tres temporadas en Segunda División B.

Pero el grifo del dinero se cerró. Juan Bermejo, mecenas del club en esos años, ha puesto fin a su etapa. Ha tomado el relevo Emilio Pajares, un histórico siempre ligado al Arroyo, que ha confiado en Javier Moreno para comandar el barco. "Hay que ser agradecido", dice el técnico, "y si ellos me dieron la oportunidad de debutar en Tercera, ahora, ante esta situación, no me podía negar a estar con ellos y ayudarles".

Tras dos años sin entrenar en los que nunca se ha desligado del fútbol (ha trabajado para una empresa que seguía equipos de Segunda B y en la Escuela de Entrenadores), Javier Moreno tiene la tarea de hacer un equipo desde cero, aunque con una pequeña base: los jugadores del filial del Arroyo de la pasada campaña y algunos juveniles. "Es complicado --reconoce--, porque normalmente voy a equipos que ya están construidos, me suelen avisar cuando cesan a entrenadores Coria, Moralo".

Disciplina y diversión

Pero no se arruga ante el reto. Desde el lunes entrena con unos 30 chavales a sus órdenes --la media del equipo es de unos 20-22 años-- y ya ha cerrado cinco fichajes: el portero Jesús Moreno, los hermanos Alex y Javi Melli, Ruano y Javier Santano. "Empezar desde cero es más complicado que coger un equipo desde abajo y salvarlo", repite. El motivo, que cada día hay algo nuevo, "cada día ves algo distinto a un jugador y si hoy está por debajo, mañana cambia y está entre los mejores".

Tiene un mes por delante, e incluso algo más, hasta que comience la competición en el Grupo XIV de Tercera (¿21 de agosto? ¿28?). Su primer test programado es el domingo 31 ante el Amanecer en la primera eliminatoria de la Copa Federación.

Junto a su ayudante y preparador físico, Fran Gómez --exjugador del Arroyo, que estaba entre los que subió a Segunda B-- tienen aún muchas pruebas que hacer y es pronto para saber, sin el equipo cerrado, qué tipo de fútbol desarrollará. "No sé cómo lo vamos a hacer ni el sistema, pero sí vamos a crear un Arroyo que se sienta cómodo en el campo, que sea seguro y fiable". La clave para todo eso sí la tiene clara: "El jugador tiene que divertirse; ser disciplinado tácticamente, sí, pero divirtiéndose en el campo".

Sabe que será difícil estar en la locomotora de Tercera, pero tampoco espera estar en el furgón de cola. "Creo que va a ser una competición igualada tanto por arriba como de la mitad hacia abajo". No sabe en qué parte de esas estará, pero sí que lo dará todo en su vuelta al Arroyo.