Fue un jugador que dejó huella en Cáceres y en Plasencia. Debutó en competición europea en un partido de Copa Korac en Atenas ante el Peristeri en el lejano 1995. Entonces destacaba por una excelente defensa y una actitud impresionante. Su progresión se vio frenada en Cáceres, donde casi siempre fue el tercer base. Querido por la afición, al base alicantino se le respeta --y mucho-- en la LEB Oro, donde sin duda es de los más destacados conductores de juego. La imagen corresponde a un partido en el año 1999.