El Hitachi Badajoz cumplió el trámite y lo hizo con solvencia, con la seguridad que los equipos grandes tienen cuando se sienten con confianza en sí mismos y con una tranquilidad abrumadora, esperando que el paso de los minutos hiciera patente en el marcador la diferencia que había sobre el parquet. Al final, 95-64 frente a un Náutico Tenerife, filial del equipo LEB que se presentó sólo con siete jugadores.

El primer cuarto fue el de Pichardo, que anotó 10 puntos y manifestó una superioridad total bajo aros, así como Mascaró, que volvió a dirigir a los pacenses con inteligencia y dándole al partido el ritmo que en cada momento requería. Al final de los primeros diez minutos el choque estaba casi sentenciado (30-15).

El resto fue una exhibición. Además, La Granadilla registró una de las mejores entradas de la temporada: 600 personas que degustaron café y chocolate caliente y que despidieron a su equipo con una cerrada ovación.