Familiares y amigos, amantes del atletismo y miembros distinguidos de la generación dorada del mediofondo español confluyeron ayer en Ágreda para honrar a su vecino más ilustre, Fermín Cacho, el mejor atleta español de la historia, en el 25 aniversario de su medalla de oro olímpica.

Desde Granada, Jaén, Sevilla, Barcelona, Toledo, Salamanca, Madrid, Zaragoza, Valladolid, Vitoria y Soria, entre otras ciudades españolas, llegaron a esta villa atletas que coincidieron con él en la pista, su entrenador, Enrique Pascual, y su representante, Miguel Ángel Mostaza.

Veinticinco años después de aquella explosión de júbilo del 8 de agosto de 1992 y de la multitudinaria recepción al ídolo, la villa de Ágreda tributó un homenaje más tranquilo a su hijo más ilustre, ahora avecindado en Andújar, la tierra de su mujer, Susana Barrios, que le acompañaba con sus cuatro hijas.

Abel Antón, Martín Fiz, Tomás de Teresa, Reyes Estévez, Isaac Viciosa, Manuel Pancorbo, Luis Miguel Martín Merlanas, Enrique Molina, Roberto Parra, Antonio Reina, José Manuel Albentosa, todos ellos miembros de la generación dorada del mediofondo y el fondo español, acudieron.

La antorcha olímpica, al cabo del trayecto desde la localidad de Muro, fue recibida en Ágreda por el propio Fermín, que rodeado de sus compañeros atletas, la condujo hasta la plaza Mayor a lo largo de 1.500 metros simbólicos para recibir el reconocimiento emotivo de sus paisanos.