Llega el momento más esperado de la temporada para doce equipos de tres categorías, que lucharán por cuatro puestos de ascenso. Hoy, cuatro de esos clubs, los que aspiran a subir a la LEB Oro, inauguran una competición que ha movilizado a toda una ciudad y que se perfila como un éxito de animación y un hermoso ejercicio de competitividad. Es también el momento más esperado de los últimos años para el baloncesto de Cáceres, que tras dos años en coma revivió con fuerza el pasado verano y ahora se encuentra en el camino de reconquistar lo que un día no tan lejano fue suyo. El Cáceres 2016 se mide al Illescas en la primera mitad de los 80 minutos que pueden devolverle parte de su gloria a una afición que vuelve a estar entregada.

Será a las 18.45 horas en el Pabellón Multiusos, también con Canal Extremadura TV ofreciéndolo en directo. El tiempo parecerá detenerse cuando el árbitro principal del choque lance la bola al aire y seguramente Juan Sanguino y Duane Virgil salten a por ella. Apenas una hora y media después, uno reirá --con precaución, porque 24 horas después juega la final-- y el otro llorará desconsolado.

CONFIANZA Al Cáceres 2016 le cuesta disimular su felicidad y su serena confianza en que el thriller que ha protagonizado en su temporada de estreno tendrá final feliz. Pocos podían imaginar esta emocionante escena final en la decimotercera jornada liguera, cuando aquel equipo destrozado era decimoquinto (4 victorias, 9 derrotas), solo superado por los tres que acabarían descendiendo (Prat, Sabadell y Santa Pola).

La reconstrucción resultó contundente, avalada con las caras nuevas del banquillo y de la pista. Utilizar esa recuperada inercia ganadora y una supuesta falta de presión --el objetivo de la temporada de devolver la ilusión al Cáceres baloncestístico se ha cumplido con creces-- son las dos principales bazas anímicas que ha intentado inculcar Manuel Piti Hurtado a sus jugadores. Para mejores augurios, todos están en buenas condiciones físicas, no como en el Illescas, donde Reggie Moore y Joe Alonso arrastran problemas, aunque se ha anunciado que jugarán.

La tranquilidad ha marcado la semana para los cacereños, que han intentado aislarse del clima de inequívoca euforia que les rodea por los cuatro costados.

AMBIENTAZO La venta de localidades ha mantenido un gran flujo durante los últimos días, pese a algún problema de índole informático que ha supuesto la duplicación de algunas entradas con abonos y las quejas de varios seguidores. Pocos dudan de que se generará el ambiente de las mejores ocasiones en el Multiusos, no inferior al del pasado sábado frente al Caja Rioja. Y es que el Cáceres 2016 apela también a su solidez como local. No pierde en casa desde el 7 de diciembre, cuando cayó por 69-85 en lo que precisamente fue el debut de Hurtado. Desde entonces han llegado doce victorias consecutivas. También se alude otro dato similar: el Illescas, pese a su condición de subcampeón liguero, no ha ganado en ninguna cancha de los equipos de arriba excepto en la de Cáceres, y ese 58-68 del lejano noviembre fue ante un equipo que alineó como titular a Stanislav Zuzak y como reserva a Kelvin Peña. Un precedente más significativo sea seguramente la derrota cacereña en Illescas en marzo (79-65).

En todo caso, en este tipo de partidos no importa ni la historia ni las estadísticas que puedan acumular los jugadores. Ambos andan bien servidos de veteranía y jugadores curtidos en grandes citas, aunque muchas veces decide el menos esperado.

En todo caso, será una fiesta de baloncesto puro. Los cacereños contienen el aliento y proyectan su forma de animar al equipo y esperan el desembarco de once aficiones. La temperatura general bajaría obviamente si se produce la eliminación del equipo local, pero en el resto del fin de semana esperan otros siete partidos de máxima tensión. Que vuele el balón.