Trabajan hasta la madrugada en Maranello y en el paddock de cada gran premio. Es verdad que cometieron pintorescos errores de estrategia en la primeras carreras, pero nadie puede negar a Ferrari su orgullo y su capacidad de reacción técnica. Pusieron en pista un coche casi nuevo en Barcelona, el F60B, introdujeron más piezas aerodinámicas en Mónaco, seguirán en Turquía y no se detendrán en toda la temporada. El podio de ayer de Kimi Raikkonen, el primero de la scuderia esta temporada, les asoma de nuevo entre los mejores. Ferrari encarna la capacidad de reacción. BMW, el inmovilismo. Hace un año Robert Kubica lideraba el Mundial tras ganar en Canadá, ahora no suma un solo punto, y lo que es peor, se encuentra tan desmotivado, que ayer abandonó la carrera por pura desesperación, aunque lo disfrazó con "un problema de frenos".

"Es muy difícil que un piloto encuentre motivación para arriesgar contra los guardarraíles cuando sales último y la única incógnita es saber en qué vuelta te van a doblar", dice de Kubica uno de los ingenieros del equipo alemán. "Ves que los demás, en Ferrari o Red Bull, trabajan como animales, día y noche, para reaccionar, pero nosotros estamos ceñidos a un orden de trabajo en la fábrica que no se altera", se lamenta el mismo técnico. "Somos los únicos de toda la parrilla que no llevamos el doble difusor".

Mario Theissen se consuela con el 11º puesto de Nick Heidfeld, pero alguien, en la sede de Múnich, le pedirá cuentas a final de este año a este director deportivo que pidió un presupuesto extra para desarrollar un KERS que Heidfeld y Kubica han dejado ya de utilizar. En Múnich también le pedirán explicaciones por los nulos resultados de la marca en el Mundial de Turismos.

Se hunde Theissen y respira Stefano Domenicalli, el cuestionado director deportivo de Ferrari. "Lo más importante de este fin de semana es la confirmación de que nuestro coche vuelve a ser competitivo", dice. Todo gracias al "enorme esfuerzo de todos, tanto en la fábrica como en los circuitos". El tercer y cuarto puesto son "un bonito resultado, pero este es solo el comienzo", avisa el italiano.