No corren buenos tiempos para los holandeses del Madrid. A excepción de Robben, el resto pasa por un momento delicado. Pero el gran chasco se lo ha llevado Klaas-Jan Huntelaar, el chaval de 25 años, el cazador, tal como se le conocía en la Liga holandesa. El Madrid lo fichó en diciembre y pagó por él al Ajax 20 millones de euros, más 7 por objetivos. Vino para jugar la Champions, pero el delantero solo podrá escuchar este año la música de la competición europea en la grada, y tampoco cuenta para la Liga. Pese a ello, ayer desmintió que quiera dejar el Madrid. "No me quiero ir, pero aspiro a jugar un cuarto de hora a la semana", declaró Huntelaar.

En su casa debe de tener una camiseta con el número 19, el dorsal que iba a lucir en la Champions. Una elástica que se puso a la venta en la tienda del club blanco ante la seguridad de que Huntelaar llegaba para jugar la Liga de Campeones. Todo ha cambiado porque esa camiseta ha pasado a manos de Adam Szalai, el delantero húngaro del Castilla, de 21 años.

La pifia de Mijatovic, que pensó que podría inscribir a Huntelaar y Lassana Diarra en Champions, en contra de lo que dice el reglamento de la UEFA, ha sumido al delantero en una depresión. Huntelaar tendrá que guardar sus goles para la Liga, donde apenas cuenta para su entrenador. Eso sí, tiene tiempo por delante, ya que fichó por cuatro temporadas y media.

De momento, a Klaas-Jan no se le han visto esas cualidades que le llevaron a marcar 33 goles en 34 partidos con el club holandés la pasada temporada.