Solo una tormenta tropical puede afectar a un ciclón. La devastadora Hanna, que ha dejado un reguero de muerte y destrucción en Haití y el Caribe, avanzaba ayer por la costa atlántica de EEUU. Ella era la única razón que ponía en entredicho el siguiente paso de Rafael Nadal en Nueva York hacia otra cumbre de una histórica temporada en la que ha conquistado por cuarta vez Roland Garros, se ha estrenado en el reinado de Wimbledon, se ha hecho con el oro olímpico y ha arrebatado a Roger Federer el número 1.

Los organizadores no querían tomar decisiones hasta conocer los últimos pronósticos del tiempo y al cierre de esta edición no había cambios en los horarios de juego de hoy. Sin embargo, con las previsiones del servicio meteorológico gubernamental del Centro Nacional de Huracanes de EEUU anunciando para la ciudad un sábado con 80% de probabilidades de lluvia (y además abundante), se barajaba la posibilidad de que no se pudieran disputar hoy las semifinales masculinas que enfrentarán a Nadal con el escocés Murray y a Federer con Djokovic.

FALTA DE CHISPA En el campamento de Nadal había calma incluso antes de la tormenta, aunque ya tras su victoria de madrugada sobre Mardy Fish el mallorquín reconocía que le falta encontrar "un pelín de chispa" y realizar un "último esfuerzo" para asegurarse un puesto en la final (y más aún para igualar a Rod Laver, el único jugador de la era Open que, en 1969, ganó de forma consecutiva Roland Garros, Wimbledon y Flushing Meadows).

El jueves, tanto el campeón como su tío Toni estuvieron jugando a golf. Y ayer, pese al agobiante calor que dominaba en Nueva York, Nadal estuvo practicando bastante tiempo con un junior en las pistas de calentamiento de Queens. Tras ese entrenamiento su tío transmitía la calma. "En principio jugaríamos el primer partido así que tendríamos ventaja", decía Toni Nadal.

Murray, que coincidió en las pistas de práctica con Nadal, tampoco parecía demasiado afectado por las inclemencias del tiempo. "No creo que a Rafa le gusten mucho esas condiciones", afirmaba el escocés.

Mientras tanto, Anabel Medina y Virginia Ruano Pascual se despidieron del Abierto de EEUU tras perder la semifinal de dobles (6-1, 6-4) frente a la zimbabuense Cara Black y la estadounidense Llezel Huber.