No me parece que los entrenadores deban tener mucho protagonismo en los éxitos de los equipos. Su función debe ser la de dirigir lo mejor posible, sin estridencias, y mantenerse en la sombra. Es en el balance global de una temporada cuando se les deben reconocer o no sus méritos, en función de varias variables, la más importante de las cuales es la de los resultados. Por eso, y pese a que aún reste la ´final a cuatro´ en la que estará el ascenso en juego, tengo la certeza de que Manuel ´Piti´ Hurtado, entrenador del Cáceres 2016 de baloncesto, ya ha triunfado, pase lo que pase. Su trabajo, a la luz de lo conseguido, ha sido impecable, situando a un grupo desestructurado muy cerca de la LEB Oro. La metamorfosis del equipo, además del acierto en los fichajes (Williams y Jones, especialmente), ha tenido en él al principal culpable. Y hace bien en reivindicarse. Porque si algo nos falta a los extremeños es creernos realmente lo que hacemos. Y lo hacemos bien, y no pocas veces.