"Me da vergüenza vivir en una ciudad con unas instalaciones así", asegura José Antonio Calvo, presidente del Imperio de Mérida. El enfado del máximo mandatario es debido al enésimo capítulo que han tenido que sufrir los jugadores de la primera plantilla tras el entrenamiento del martes, cuando tras entrenar sobre el patatal en el que lo hacen, se encuentran que en su vestuario habitual no hay agua, con lo cual tuvieron que irse a unos contiguos donde estaban los jugadores del filial y cambiarse todos (más de 40 futbolistas), por lo que muchos optaron por ducharse en sus domicilios.

Esta ha sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de jugadores, técnicos y directiva ya que "podemos aguantar lo del patatal del campo porque ya lo damos por perdido, pero no poder ni orinar porque no hay agua para tirar de la cadena, es muy fuerte" confiesa un miembro de la plantilla, que no descarta incluso no entrenar hoy.

El presidente hace responsable de esta situación a la Junta, la Federación Extremeña de Fútbol y el Ayuntamiento, que "hacen caso omiso", ante lo cual los imperialistas "estamos dispuestos a ir a entrenar a la Plaza de España, salir con camisetas por unas instalaciones dignas para personas dignas o a hacer algo gordo a nivel nacional", dicen.