Siempre he mantenido la teoría que el deporte de alta competición, al menos en Extremadura, funciona a impulsos individuales o de obsesivos esfuerzos de unos pocos. El gran espectáculo del motocross en Extremadura, que ayer tuvo su epicentro en Las Arenas, en Malpartida de Cáceres, se pudo disfrutar gracias al estajanovista trabajo de gente como Diego Lancho, presidente del moto-club que lleva el nombre del circuito. En los últimos años, cada conversación con Lancho se ha traducido en lo mismo. "El año que viene vamos a intentar traer el Campeonato de España", decía el protagonista. Cierto es que ha tenido ayuda de instituciones como el ayuntamiento o la Junta, pero tras no pocas gestiones, mezcladas con sinsabores. Si no hubiera ´Lanchos´, todo se reduciría a la mínima expresión. Si en tiro con arco no existiera un Cayetano Martínez, los mejores especialistas españoles no hubieran estado en Cáceres el fin de semana con el horizonte de los Juegos Olímpicos. Y así, tantos y tantos impulsos de gente casi anónima, pero capital.