La aparición, éxito, carisma y competitividad de Fernando Alonso ha hecho que miles y miles de aficionados acudan a presenciar los tests que se celebran en los circuitos españoles de Jerez, Cheste y Montmeló. En ningún otro circuito (Ferrari se entrena estos días en un desértico Bahréin) se produce tal aglomeración de seguidores de la F-1, ni siquiera en Silverstone.

En las carreras oficiales no es tan fácil entrar. El sistema carcelario de seguridad que Bernie Ecclestone impone en los alrededores del parque cerrado de los Grandes Premios hace imposible la entrada de intrusos. En los ensayos, los controles son mucho más suaves, de ahí que la dirección del Circuit reconociera que, posiblemente, los incidentes obligarán a cambiar las normas.