¿Se imaginan calzarse unos esquís y descender en línea recta a casi 200 kilómetros por hora? Pues sí. Es posible y los 'locos' que lo prueban están considerados algo así como los especialistas de la fórmula 1 sobre la nieve. La Copa del Mundo de kilómetro lanzado --una rampa de salida similar a la de los saltos de esquí y una pista de 900 metros-- se cerró este fin de semana en el sector de Grau Roig de la estación andorrana de Grandvalira. Y los esquiadores, los mejores del mundo, alcanzaron velocidades de vértigo con sus uniformes rojos que los asemejaban más a un extraterrestre que un esquiador habitual.

Las imágenes hablan por sí solas. En cuanto al resultado deportivo, el austriaco Klaus Schrottshammer alcanzó la máxima velocidad en Andorra al llegar nada menos que ha 195,39 kilómetros por hora. En el apartado femenino la italiana Valentina Greggio llegó a los 191,39 km/h y el francés Bastien Montes, campeón del mundo se llevó el Globo de Cristal como ganador de la Copa del Mundo que compartió con Greggio como la mujer más rápida del mundo sobre unos esquíes de una temporada 2016-2017 ya finiquitada.