El día después de los tristes incidentes registrados en la noche del martes por seguidores del Inter de Milán, que obligaron al colegiado Markus Merk a la suspensión del partido contra el Milan, existe el unánime convencimiento de que el club interista podría recibir un castigo ejemplar por parte de la UEFA el próximo viernes.

En el minuto 72, con 0-1 (gol de Shevchenko, minuto 30), con la eliminación prácticamente segura (2-0 para el Milán en la ida) y un equipo interista impotente, llegó una auténtica lluvia de objetos (botellas y bengalas) sobre la meta defendida por el brasileño Dida. Una de las bengalas golpeó y explotó sobre el hombro derecho del meta, que cayó al suelo con claro gesto de dolor. Unos diez minutos en los que siguieron lloviendo bengalas y botellas, mientras Dida era atendido. El colegiado mandó a los jugadores a los vestuarios y esperó que los seguidores se calmasen, pero no fue así y 20 minutos después el partido se suspendió.

En Italia se piensa que, además de una fuerte multa, el estadio interista sea cerrado entre dos y tres partidos; pero no se descarta un año de cierre ya que es reincidente.

Pese a sufrir una contusión en la espalda, Dida declaró que pasó más miedo en un partido contra el Roma, en mayo del año pasado. "¿Miedo? Honestamente no mucho. Tuve más en el partido ante el Roma en mayo, pues hubo una explosión de petardo muy cercana a mí. En realidad no pensé en protegerme, pues mi pensamiento era el de quitar del área lo más pronto posible los objetos que caían para que el partido pudiera seguir", comentó el portero.

ACCION POLICIAL Cuatro ultras fueron arrestados ayer. La policía, que para sus investigaciones está utilizando el visionado de las imágenes de la curva donde se encontraban los seguidores interistas y desde donde se lanzaron las bengalas y otro tipo de objetos, no descartaba anoche nuevos arrestos.

El suceso ha ocasionado una enorme conmoción en Italia. El presidente Silvio Berlusconi se mostró partidario de dedicar un mayor empeño a la prevención, sin excluir si es necesario el uso de "medidas más drásticas", con el fin de evitar los actos de violencia que se viven en los estadios. Berlusconi, asimismo propietario del Milan, mantuvo una reunión con el ministro del Interior, Giuseppe Pisanu, en la que se analizaron los incidentes.