Caía lesionado en Mestalla nada más iniciarse el partido con el Valencia. Recibió una entrada de Enzo Pérez, que ni fue amonestado, y al instante se echó Andrés Iniesta la mano a su rodilla derecha. Se temía lo peor. Ricard Pruna, el médico azulgrana, realizó un primer diagnóstico en el vestuario de Mestalla, que luego se confirmó con las pruebas a las que fue sometido el jugador a su llegada a Barcelona.

Padece "una lesión parcial del ligamento lateral externo de la rodilla derecha". O sea, entre seis y ocho semanas de baja. En el mejor de los casos podría Iniesta reaparecer en el clásico del 3 de diciembre contra el Madrid en el Camp Nou. "No es un momento fácil, pero podía haber sido mucho peor", ha reconocido el propio capitán azulgrana en su cuenta de Twitter.

Se asustó mucho Iniesta. Creía que la lesión era mucho más grave de lo que le apuntó inicialmente el doctor Ricard Pruna en el mismo vestuario de Mestalla. Estaba pendiente de las pruebas médicas que realizó nada más aterrizar en Barcelona. "Serán unas semanas", precisó después en ese mismo mensaje el jugador, que ha encadenado dos lesiones en la rodilla derecha en este inicio de temporada.

Fue en Sevilla en el partido de ida de la final de la Supercopa de España contra el Sevilla. Se perdió el capitán entonces tres partidos. Ahora, y en caso de que se recupere en seis semanas, Iniesta se perdería ocho encuentros. Si necesita los dos meses para estar bien, serían 12.

Rápidamente sus compañeros empezaron a enviarle mensajes de ánimo a través de las redes sociales, como fue el caso de Mascherano y Luis Suárez entre otros.

A Luis Enrique, el técnico azulgrana, le toca ahora decidir quien asume el rol de Iniesta en su ausencia: André Gomes, que jugó un mal partido en Mestalla, Arda Turan, Denis Suárez o Rafinha. Curiosamente, ni el turco ni el centrocampista brasileño estuvieron en Valencia debido a que sufrieron en el último entrenamiento previo al partido.