Es probablemente el protagonista principal del asunto. Para Michel Platini, el presidente de la UEFA, el cierre del estadio Vicente Calderón fue un asunto prioritario antes incluso de que se reuniera el Comité de Disciplina del organismo europeo.

Por su condición de ciudadano francés, el exjugador de la Juventus quedó expuesto a numerosas presiones amparado en su credo particular: tolerancia cero para todas las cuestiones relacionadas con la violencia y el racismo.

"Este asunto se va a tratar con mucha seriedad, he recibido muchísimos correos que inevitablemente me han sensibilizado, sobre todo de aficionados marselleses discapacitados", explicó Platini el pasado viernes a La Provence , un diario precisamente de Marsella.

Tres días más tarde, la dura decisión de la UEFA al clausurar por dos partidos el Vicente Calderón sorprendía al Atlético de Madrid. Pero no tanto al presidente del organismo europeo, quien ya envió antes su mensaje. "Si la resolución de la comisión de disciplina independiente no es apropiada, yo mismo apelaré", recalcó Platini en esa conversación publicada con el rotativo marsellés.

No ha hecho falta porque la contundencia de la medida adoptada por la UEFA ha librado a su presidente de tener que intervenir más. Lo que quiso decir, ya lo dijo antes de que se cerrara el estadio del Atlético de Madrid, teniendo un papel muy protagonista en este proceso que adquiere ahora matices políticos. El intervencionismo de Platini fue absoluto.