Punto y final. 70-68. No era el resultado de un partido de baloncesto. No. Era la cifra que señalaba el marcador del quinto set de la pista número 18 de Wimbledon en la que se fotografiaron para la eternidad el estadounidense John Isner y el francés Nicolas Mahut protagonistas del partido más largo de la historia del tenis junto al juez de silla Mohamed Layyani. Después de tres días y tras 11 horas y 5 minutos de juego Isner pudo ganar el partido de primera ronda que le enfrentaba a Mahut por 6-4, 3-6, 7-6 (9-7), 6-7 (3-7) y 70-68. Un partido para la leyenda del deporte, del tenis y de Wimbledon.

Un revés paralelo de Isner certificó el récord de los récords en tenis para el libro Guiness. Fue en el quinto match ball, tras 20 juegos y una hora y 11 minutos de prórroga desde que el partido había sido aplazado por falta de luz natural con empate a 59 juegos en el quinto set y tras una primera interrupción el pasado martes con empate a dos sets.

Ayer por fin se pudieron anotar todos los récords batidos en ese maratoniano duelo que volvió a centrar la atención de Wimbledon, incluso más que la presencia de la Reina Isabel II de Inglaterra que estuvo en el All England Club de Tennis de Londres después de 33 años de ausencia. Un partido que duró 11 horas y 5 minutos. Con un interminable quinto set que se alargó dos días y 8 horas y 11 minutos, en el que se disputaron 138 juegos, casi el triple de los 45 que Isner y Mahut habían necesitado en los cuatro anteriores sets.

Un partido inimaginable en el que se disputaron 183 juegos, un total de 980 puntos, 490 golpes ganadores y 215 aces, de ellos 112 para Insner y 103 para Mahut con los que ambos pulverizaron el récord anterior que tenía Ivo Karlovic con 78, conseguido en el 2009 en un partido de Copa Davis. Unas cifras que parece imposible que nadie pueda batirlas en un futuro y que merecieron el reconocimiento de Wimbledon que homenajeó a los protagonistas con una ceremonia a pie de pista.

"Cuando juegas un partido así, con una atmósfera tan fantástica, no puedes sentirte fatigado, sino orgulloso", decía feliz Isner. "Duele una derrota como ésta, pero han sido tres días increíbles. Creo que hemos jugado el partido más grande de todos los tiempos en el mejor sitio posible. Ha sido un honor", afirmó resignado Mahut, mientras las 782 personas que abarrotaban la pista desde una hora antes y los cientos que lo siguieron desde las terrazas y otras zonas de Wimbledon les dedicaban una atronadora y merecida ovación.

NADAL SUFRE Rafael Nadal, en su segundo partido, tuvo que remontar y forzar los cinco sets ante el bombardero holandés Robin Haase, al que acabó ganando por 5-7, 6-2, 3-6, 6-0 y 6-3 después de 2 horas y 20 minutos. Haase, número 151 del mundo, le puso en apuros no solo por su espectacular servicio (28 aces ), sino por un juego atrevido y valiente. David Ferrer también se ganó el pase a la tercera ronda al vencer ayer al francés Florent Serra por 6-4, 7-5, 6-7 (6-8) y 6-3.