Dicen que está llamado a ser una de las estrellas del futuro del Betis. Ocupar la misma posición que Joaquín, ahora en Valencia y el hándicap de que no pudiera jugar en el filial por tener ficha de profesional le hizo estar dos años participando poco, aunque en su palmarés figure una Copa del Rey.

Ante esta circunstancia, lo mejor era emigrar para tener minutos y qué mejor sitio que una ciudad cómoda, cerca de su casa (es la primera vez que está en un equipo que no es el bético) y en un equipo con aspiraciones a ascender a Segunda. En estas condiciones llegó a Mérida Israel, del que sólo se han visto pinceladas frente al Real Madrid Castilla en pretemporada y en la pasada jornada frente al Villanueva donde a punto estuvo de marcar en el último minuto.

"Hubiera sido bonito marcar en el debut pero ya está olvidada la jugada y a esperar al siguiente partido", afirma el futbolista. El hábil extremo no comenzó bien su andadura en tierras emeritenses ya que días antes del comienzo liguero tuvo un accidente de tráfico junto con el jefe de prensa que le ha tenido sin poder jugar las seis primeras jornadas. "La lesión ya está olvidada, prácticamente no quedan secuelas y, a pesar de ser una zona muy molesta, físicamente ya estoy al nivel de mis compañeros".

Bendito problema el que tiene ahora Jaime Molina, entrenador del Mérida para elegir un once en esta jornada donde ya tiene a toda la plantilla con la vuelta también de David Pirri. Para el jugador sevillano este año en el Mérida es muy importante "ya que puede ser un trampolín aunque ahora no pienso en el Betis, sino en ascender con el Mérida a Segunda", asegura Israel.