¿Qué le puede enseñar un padre a su hijo si el chaval decide practicar el ciclismo y él nunca ha renegado del dopaje? Seguramente la familia Rumsas, originaria de Lituania y establecida desde hace años en Italia, amará al ciclismo sobre todas las cosas pero los consejos que los progenitores, Raimondas y Edita, han dado a sus hijos no parecen nada recomendables si se tiene en cuenta que el primogénito de la familia, llamado igual que el padre, ha sido condenado oficialmente este miércoles a cuatro años de suspensión tras haber dado positivo en septiembre.

Raimondas Rumsas padre saltó a la fama en el 2002 cuando fue el sorprendente tercer clasificado de la general de un Tour de Francia --otro viaje a ninguna parte-- ganado y no ganado por Lance Armstrong. Rumsas se convirtió en el típico corredor que a base de ceder poco tiempo todas las grandes etapas y resistir más allá de lo imaginable consiguió subir al podio de los Campos Elíseos. Su día de gloria fue el 28 de julio del 2002.

La madre, detenida

Sin embargo, la alegría le duró pocas horas y hasta tuvo que salir por piernas de Francia. Su mujer, Edita, en vez de disfrutar del éxito del marido y aplaudirlo desde los palcos de los Campos Elíseos, decidió regresar a Italia por carretera tras haber seguido, a pie de carretera, el Tour 2002.

En un control por sorpresa, en los Alpes, cerca de la frontera francoitaliana, los gendarmes le dieron el alto y al abrir el maletero, sorpresa, medicamentos de todo tipo, introducidos clandestinamente en Francia, que, según el testimonio de Edita, detenida por la policía, eran para su madre.

De nuevo, una vez más, el Tour no pudo acabar en paz y al día siguiente toda la prensa especializada tuvo que hacer un alto en el camino de regreso a sus países para hacerse eco y contar desde Francia qué es lo que estaba ocurriendo en el conjunto Lampre, el de Rumsas, con interrogatorios por parte de la policía.

Positivo por EPO

Rumsas eludió la cárcel y trató de pisar lo menos posible territorio francés. Edita, al final, fue puesta en libertad y en el 2006, ambos fueron condenados a cuatro meses de cárcel por importación ilegal de medicamentos. Por aquel entonces, Raimondas ya era un excorredor, un exciclista, además, que había dado positivo por EPO durante la disputa del Giro del 2003.

Raimondas inculcó el ciclismo a sus hijos, el mayor, del mismo nombre, y Linas, el menor, que falleció la primavera pasada, siendo un prometedor corredor de 21 años, a causa de una muerte súbita, mientras dormía. La fiscalía italiana investiga si otra causa pudo motivar la muerte del chaval.

Hormona del crecimiento

El fallecimiento ocurrió en mayo. Cuatro meses más tarde, su hermano mayor, Raimondas dio positivo por un precursor de la hormona del crecimiento, denominada GHRP-6. Suspendido inicialmente de forma provisional, este miércoles ha sido condenado a cuatro años de sanción, un castigo que le impedirá competir, si es que vuelve al ciclismo, hasta el 22 de octubre del 2021.

Según France Presse, citando fuentes de la prensa italiana, en un registro policial se encontraron en casa de Rumsas diverso material sospechoso de ser utilizado con fines dopantes como jeringuillas, al margen de analgésicos y somníferos.

Una familia, por lo tanto, tristemente abrazada al dopaje, con un padre, Raimondas, que fue testigo directo de una década oscurecida por el dopaje tras la sombra alargada de Armstrong y los siete Tours que le fueron anulados tras ser condenado por dopaje en Estados Unidos.