Hace algo más de un año, Antonio Álvarez ‘Ito’, se sentaba en el restaurante La Masía de la Silera para explicar, en un día de Navidad, sus razones de la ruptura con el Díter Zafra. Hablaba de «mala gestión» y «penurias económicas» como factores fundamentales. Habían cambiado las cosas por entonces. Ito llegó al club de la mano de la directiva anterior y nunca comulgó con la encabezada por José Dolores. Se marchaba con el dolor de su corazón, que en poco tiempo se había prendido por el Díter Zafra. Pero la vida, a veces, da dos oportunidades. «Cuando me llamaron y me pidieron el favor, apenas dudé. Sólo les dije que en cuanto tuviera el OK de mi cuerpo técnico empezaba a entrenar. Y así ha sido». Ito y sus ayudantes (Domingo e Isaac) no cobrarán ni un euro hasta final de temporada. «Es un agradecimiento a la historia de esta entidad que me acogió tan bien la primera vez», asegura el de Almendralejo.

Ito se enfunda el chándal azul con más poso y experiencia que en su primera etapa. Su trayectoria le hace ser un técnico cercano a los jugadores, muy directo y conciso en el mensaje y que cala hondo en sus vestuarios. Aunque la Federación le sancionó con diez partidos en su última etapa, podrá sentarse ya el próximo fin de semana en Coria, ya que algunos los cumplió antes de dar baja a su ficha federativa y otros como segundo técnico del CP Almendralejo.

Ito es consciente de que será difícil el objetivo «porque ahora no podemos establecer nuestra filosofía de juego. Necesitamos resultados inmediatos y para ello hay que ser prácticos». Francisco Sánchez Castañón, Paco Trigo o Manuel García Pizarro, entre otros, lo han catalogado como la mejor opción.

El nuevo preparador conoce bien a «casi» toda la plantilla y asegura que la permanencia es el único objetivo. ¿Y después? «No me planteo absolutamente nada más allá del 15 de mayo. Me desengañé mucho la última vez que armamos un gran proyecto y luego se marchó todo al garate».

Ito ama al fútbol y es en ese entorno donde quiere convivir. Su pasión por la bola le ha llevado a los banquillos, donde sufre y disfruta del gusanillo de este deporte, aunque no le cuesta apretarse la corbata y colgarse la chaqueta y su lugar tiene que estar en los despachos, pues con su grupo de trabajo negocian la entrada en varios clubes. Un tipo de fútbol que llega para ayudar a un histórico.