CACEREÑO 1: Félix Campo, Jaime, Guy, Jurado, Caballero (min. 67, Tete), Mauricio, Gabi, Pablo (min. 63, Sergio), Rocha, Pedro García (min. 46, Joaquín) y Nico.

JEREZ 3: Castilla, Tian, Raúl Torres, Zamorano, Matías, Olivar, Joaquín, Adri, Manolo (min. 92, Tomás), Sergio Beato (min. 78, Javi López) y Chema (min. 75, Toro Delgado).

GOLES: 1-0, min. 10: Gabi. 1-1, min. 17: Sergio Beato. 1-2, min. 65: Joaquín. 1-3, min. 73: Sergio Beato.

ARBITRO: Lancharro Aranda (Andaluz). Amarilla a los locales Caballero, Mauricio, Pedro García y Jaime (dos y expulsado 79´) y a los visitantes Tian, Olivar, Adri y Javi López.

Dispar derbi extremeño en el Príncipe Felipe y con agridulce resultado final, que remata al Cacereño y acerca al Jerez a los puestos de liguilla de ascenso. El choque de ayer puso a cada uno en su sitio y mostró las vergüenzas del prepotente poderoso del autobús galáctico así como las virtudes del humilde y trabajador que basa su exitosa pócima en el acierto anual en la confección de sus plantillas. Y no lo hace el Jerez pensando en campañas de cara a la galería, ni tampoco en hipotéticos proyectos de futuro con jóvenes de la provincia de los que luego no se acordará. Tampoco pretende convertirse en el equipo de la provincia de Badajoz ni muestra su desprecio ante las instituciones que no le dan su apoyo económico. La falacia y el engaño no son las virtudes que adornan a su entrenador ni tampoco la arrogancia es la seña de identidad de su presidente.

El Jerez habló sobre el césped del Príncipe Felipe y no maquilló un ápice sus características de equipo con solera en el grupo IV de Segunda B. Sabe qué futbolistas tiene, cúales son sus características y cómo debe afrontar cada partido. Espera su momento y trabaja para que las circunstancias sean las apropiadas para llevarse el gato al agua. Además, ayer dio un paso muy importante de cara a pelear por entrar entre los cuatro primeros clasificados al final del campeonato y luchar así por el ascenso. Sí, han leído bien. El Jerez, equipo representativo de un pueblo de apenas quince mil habitantes, podría jugar por ascender a Segunda División. Y méritos está sumando para alcanzar su objetivo. Otros prometieron luchar por esa categoría hace cinco años y el equipo verde vuelve a apuntar inexorablemente hacia la Tercera División.

MALA IMAGEN El Cacereño no dio la sensación de estar jugándose ayer apurar sus opciones de mantener la categoría. Carente de ambición y sin la agresividad propia de un equipo que se debate en los puestos de descensos en las últimas jornadas, sólo dio sensación de prolongar su agonía cuando Gabi largó un chutazo desde 25 metros a la escuadra izquierda de Castilla a los diez minutos de partido.

Fue un espejismo, pues pronto devolvería el Jerez la igualdad al marcador. Sergio Beato, su futbolista más inspirado ayer, devolvió a Ismael Díaz a su asiento con una jugada en la que sentó a dos rivales y esquivó a Félix Campo con un derechazo ajustado al poste derecho.

Sólo el canterano Rocha reivindicó luces en el lóbrego laberinto en que se ha convertido el equipo verde. Fue el único que aportó ideas y calidad en un equipo en el que los brazos de sus futbolistas estaban por los suelos tras el empate templario y con las noticias que llegaban de Marbella, donde ya iba venciendo el Betis B.

El primer tiempo se debatía en el centro del campo y sin apenas llegadas a las áreas. Sólo Sergio Beato y Chema se mostraban verticales en su juego y la única señal de que había fútbol de ataque la puso el propio Beato tras dos recortes al borde del área y un chut que se fue lamiendo el larguero.

SENTENCIA Tras la reanudación, ni cacereños ni templarios se hacían con los mandos del encuentro y el colmo de los desastres locales se personificó en Pablo. El asturiano mandó un balón al larguero con la portería vacía, aunque la jugada fue anulada posteriormente. El Jerez aguardó agazapado su momento y en una jugada por la derecha de Manolo llegó el 1-2 tras el pase de la muerte que Joaquín envió al fondo de la red. Pero no tardó más que ocho minutos en sentenciar el cuadro de José Diego Pastelero. Tuvo que ser Sergio Beato quien pusiera la guinda al pastel verdinegro --ayer de blanco--. Robó un balón y no se lo pensó dos veces y lanzó un obús que se coló de nuevo por la escuadra de un adelantado Félix Campo. Era la sentencia y la excusa perfecta para los que no se querían perder el Real Madrid-Barcelona y están hartos de sufrir a este Cacereño.

En ese momento, varios aficionados del Escuadrón Verdiblanco rompieron en la grada de la zona de Preferencia una pancarta que rezaba "Ismael, culpable, eres un puto cáncer".

De ahí al final ya no hubo más que pelotazos largos sin sentido por parte local y peligrosos contragolpes jerezanos. No llegaron más goles y el Jerez no hizo más sangre a un Cacereño que deberá pasear el verdebus por la geografía extremeña tras haber enviado a su filial a Regional Preferente, curiosamente el único que ha hecho bien las cosas en esta fatídica temporada verde.

Será cuestión de lo que suceda en Melilla o en la Ciudad Deportiva del Betis en la próxima jornada para firmar la sentencia de una muerte anunciada.