Esta temporada ha arbitrado "45 o 46 partidos", contando los internacionales. Dice no llevar la cuenta exacta de cuántos encuentros ha dirigido desde su irrupción en Primera, un 25 de agosto de 2012, en un Málaga-Mallorca. Puede que apelar a la estadística abrume en casos como él suyo, teniendo en cuenta su precocidad en escalar a la élite. Jesús Gil Manzano (Don Benito, 4 de febrero de 1984) es internacional, destila humanidad y no se pone metas fijas, aunque reconoce que le gustaría participar, "como deportista", en una final de Copa del Rey o en una Eurocopa o Mundial. Mientras ello ocurre --o no, que ello no le obsesiona-- disfruta de su trabajo en un campo de fútbol y reivindica el papel del colectivo en Extremadura. En esta entrevista se muestra tal y como es y se define "muy sociable".

--Pocos árbitros han llegado tan lejos con su edad. Siempre se dijo que sería un colegiado importante. ¿Usted también lo sabía o lo podía intuir?

--Uno siempre tiene confianza en su manera de trabajar, cómo lo hace y lo que se propone. Es cierto que nunca piensas en llegar tan lejos, pero sí me planteo el trabajo diario para conseguir pequeños objetivos que, a la larga, me han llevado a donde me encuentro ahora.

--Ya ha pitado clásicos Madrid-Barça y es internacional absoluto. ¿Cuál es su techo real, el que quiere alcanzar?

--Espero que ese techo no haya llegado todavía. Me siento muy satisfecho por poder pitar en Primera División, que es una de las competiciones más fuertes a nivel mundial y para mí es un lujo estar en ella, pero siempre te queda estar presente en la final de un gran campeonato, como podría ser el de la Copa del Rey. Sería muy gratificante, al igual que en el futuro participar en una Eurocopa o en un Mundial.

--¿Habría la posibilidad de estar, incluso, en unos Juegos Olímpicos en el futuro?

--Es complicado porque a nivel internacional esto se selecciona por categorías. Yo estoy en la tercera y tendría que estar en élite.

--En su día iba para portero en su Don Benito natal. ¿Cómo cree que le hubiera ido?

--Yo en realidad me dedicaba al atletismo. Siempre me he considerado atleta, pero en el colegio hubo un momento en el que jugaba de portero de fútbol 7. Me coincidió también cuando empecé a pitar, se me presentó la posibilidad de poder jugar en el equipo de mi pueblo, pero al final decidí optar por el camino de ser árbitro.

--Y, a lo que se ve, acertó...

--Sí. De portero no es que fuera muy bueno (risas).

--Este año ha sido elegido Premio Extremadura al Deporte. ¿Cree que es éste un reconocimiento al colectivo arbitral?

--Desde luego. Yo siempre he defendido que el árbitro es un deportista más. Que tu comunidad te reconozca con la concesión de uno de los premios más importantes es un orgullo, y no solamente a nivel particular, sino porque siempre hay mucha gente detrás que se alegra por ti y por lo que significa. Además, también a nivel colectivo es un buen respaldo, porque cada fin de semana hay muchos árbitros que están ahí; hay auténticos héroes en el arbitraje, aunque no piten en la Primera División. Al final, las competiciones siguen adelante por ellos: Primera Regional, Preferente... son los verdaderos aficionados al deporte y al arbitraje. Que me hayan reconocido a mí es como un gran premio para toda esta gente que, por desgracia, no salen sus nombres y apellidos, pero son los auténticos protagonistas de este colectivo.

--¿Cree realmente que a los árbitros no se les reconoce como verdaderos deportistas, que todavía les queda un trecho?

--Aunque se diga que sí, creo que aún queda. Dentro de lo que es el aficionado, e incluso el periodismo, no se concibe que un árbitro pueda fallar. Sí se entiende que un futbolista pueda fallar cuando lanza un penalti, pero no se entiende que un colegiado pueda tener una decisión errónea al pitar. Al final, en un terreno de juego, todos lo hacemos lo mejor posible, pero muchas veces al árbitro no se le perdona lo que sí se hace con otros futbolistas o equipos.

--¿Cuál es el nivel del arbitraje en Extremadura?

--Hay que seguir trabajando y hacer un balance de la temporada y del momento real, mirar en qué se ha podido fallar para empezar bien una nueva temporada para mejorar.

--La región no tiene a ningún árbitro en Segunda...

--Esto no es matemático. No es decir que aquí sube uno y baja otro. Hay temporadas más fructíferas, unas más que otras, pero sí que es verdad que llevamos un vacío de dos años en la Segunda División.

--Al menos un asistente extremeño se ha quedado a las puertas de Primera División

--Sí, Juanma (Juan Manuel Sánchez Fernández) ha hecho una gran campaña y se ha quedado ahí, muy cerca, como suplente. Tiene que tener más representación en el fútbol profesional nuestra región.

--Y, sin embargo, con su historial, casi se podría decir que Extremadura tiene a una estrella del arbitraje...

--No es así. Hay que vivir siempre el presente. En el fútbol hay poca memoria y tenemos que seguir trabajando.

--Hay poca memoria y también hay 'nevera' para ustedes...

--A veces los partidos se complican un poco y, como los futbolistas, cuando no están bien, van al banquillo. Nosotros igual. Cuando no estamos bien, también tenemos ese periodo de descanso.

--¿Cuántas veces ha estado usted, por cierto, en esa 'nevera'?

--Tras un Athletic de Bilbao-Betis, que estuve descansando, pero después no he vuelto a tener más descanso (risas).

--¿Cuál ha sido su peor momento como colegiado?

--Tengo que reconocer, sí, que tenemos malos momentos. No voy a dar nombres y apellidos, pero después de una actuación en la que no estás a la altura los días posteriores se pasa mal. Al final, al terminar un partido, uno sabe cuándo ha estado bien y cuándo ha estado mal.

--¿Está seguro? Si ni siquiera la gente se pone de acuerdo tras ver algunas acciones polémicas por televisión...

--Son acciones puntuales y decisiones puntuales, pero esto no se analiza tanto muchas veces. Lo peor es que sientas que un partido se te ha ido de las manos. Eso sí es importante. Un penalti es un momento puntual: puede haberse cruzado un futbolista para que no lo veas o una interpretación y es complicado, pero cuando un partido globalmente no ha ido bien, como profesional que eres, lo pasas mal. Y así debe ser: para seguir trabajando debes seguir mejorando.

--¿Cómo valora haber quedado clasificado en el puesto número 12 de Primera?

--Esperaba estar un poquito más arriba, pero al final ha habido compañeros que han estado mejor. Por eso tengo que ver dónde he podido fallar para trabajar y mejorar la temporada que viene. La primera quedé sexto y la siguiente quinto. El comité valora el informe de un delegado y ya está. Lo hace una persona con unos criterios establecidos. Dentro del comité somos como un equipo de fútbol: el entrenador ve quién está mejor en cada momento para ponerlo o no en un determinado partido.

--Es usted licenciado en Ciencias Ambientales y tiene un máster en Riesgos Laborales y otro en Recursos Renovables en la Universidad de Extremadura. Es evidente que está bastante bien preparado académicamente para el futuro. ¿En qué va a querer trabajar para cuando se retire?

--Hice mi carrera con Ciencias Ambientales, pero yo quiero terminar con algo relacionado con el deporte. Ahora es complicado compatibilizar cosas con el mundo del arbitraje y son muchas horas, pero cuando se vaya acercando el momento de mi retirada. ¿En cuantos años será eso? No lo sé. Esto es temporada a temporada y el nivel físico y de forma será el que me permita saber cuándo se terminará esto. La edad tope, en cualquier caso, son los 45 años.

--¿Cómo se cataloga fuera del terreno de juego?

--Me considero bastante sociable, sobre todo. Soy una persona a la que gusta disfrutar de mis amigos y de mi familia y siempre hago una vida normal. Recuerdo muchas veces que sigo viviendo en el mismo sitio de siempre, que sigo teniendo las mismas amistades de siempre, que sigo saliendo a los mismos lugares y que no me ha cambiado nada en realidad. Y creo también que todo esto ha sido muy importante en mi carrera a la hora de haber conseguido estos éxitos. Todo lo que me ha llevado ahí lo he seguido conservando, con mis costumbres, todo. De lo que se trata es de dar normalidad a tu vida, y nada más.