El presidente del Parlamento Europeo (PE), José Borrell, abogó ayer por no "banalizar" las manifestaciones de racismo y xenofobia en el fútbol, ya que los estadios son "lentes de aumento" que amplifican este tipo de lacra.

"No riamos las gracias a los que creen que por estar en un ambiente lúdico o deportivo se pueden hacer cosas que son delito", afirmó Borrell, al presentar una declaración del Parlamento Europeo que pide medidas contundentes, incluida la suspensión de partidos y la expulsión de clubes reincidentes, contra el racismo. Borrell recordó que la no discriminación por razones de raza es un derecho reconocido por los Estados miembros y recogido en la Carta Europea de Derechos Fundamentales, por lo que no hay "disculpas" ni se puede "banalizar" los insultos racistas.

"No se pueden suspender los derechos fundamentales de una persona en una manifestación deportiva, son actos que caen dentro del código penal y hacen falta sanciones rigurosas como las que propone el Parlamento y también medidas de prevención y educación", dijo. En la declaración, la Eurocámara condena enérgicamente "toda forma de racismo en el fútbol".