José María Panadero (Cáceres, 27-1-1977) disfruta estos días trabajando con la selección española sub-16 de baloncesto, con la que en este fin de semana acudirá a Serbia para disputar un torneo amistoso. Exjugador de largo historial en ACB y LEB, su visión global es imprescindible para entender muchos aspectos del mundo de la canasta regional.

--¿Cómo le llegó la oportunidad de estar de asistente en la selección sub-16?

--Desde hace tiempo trabajo con la Federación Española en el cuerpo técnico de las selecciones sub-13 y sub-14. Diego Ocampo se ocupa junto a José María Silva de la sub-16, pero este viaje no podía hacerlo y Silva, que fue compañero mío en Melilla, confía en mí para ayudarle. Está siendo una experiencia increíble, los chicos tienen muchísimo talento. Es un honor estar aquí, colaborar en lo que puedo. Estos días hemos estado entrenando en Castelldefels y mañana por hoy nos volamos hacia Serbia. El torneo es preparatorio para el Campeonato de Europa que habrá el próximo verano en Lituania y Letonia.

--También dirige al cadete del San Antonio Cáceres. ¿Sigue pensando en que no quiere ser entrenador de profesionales?

--Ni entrenador de profesionales ni entrenador profesional. Yo no me veo trabajando con jugadores profesionales, la verdad. Mi vocación es más bien educacional, ayudar a los niños desde mi experiencia para que lleguen a lo que pude ser yo, que disfruten igual, inculcarles los valores del deporte.

--¿Cuál es el momento de la base en Extremadura?

--Creo que bueno. Se está trabajando muy bien desde hace años, aunque los resultados puedan parecer fríos, como acabar decimoquintos o decimoterceros en los Campeonatos de España. No es así. Nos estamos acercando a los que están arriba y nos estamos alejando de los de abajo. Lo que es muy difícil es pelear con comunidades que tienen diez veces más licencias que nosotros, pero hay que seguir trabajando, intentándolo. Nuestras circunstancias son las que son, con poca población, mucha dispersión geográfica, ligas no muy competitivas hasta las finales, pero es lo que hay, no nos puede servir como excusa.

--Es de suponer que no deja de mirar a su exequipo. ¿Cómo enjuicia la temporada del Cáceres Patrimonio de la Humanidad?

--Hay que ser cauto todavía para hacer ese tipo de análisis. Debemos esperar a que termine la temporada, porque lo mismo ganas lo que queda y te metes en un playoff en el que le puedes mojar la oreja a cualquiera. Yo creo que es difícil, pero también que es posible.

--¿Y la posible desaparición del baloncesto de élite en Cáceres?

--Sería un drama terrible. Lo digo porque todo chico en edad de formación necesita una meta, un espejo, y ese es el primer equipo. Yo empecé a jugar al baloncesto en serio el año después del ascenso a la ACB, porque hasta entonces no me había llamado tanto la atención. Recuerdo que quería ser como Jiri Okac, como Jordi Freixanet. Perder la LEB Oro sería para los chicos de Cáceres perder una motivación. Además, es una ciudad de baloncesto. Ya pasamos por lo mismo hace unos años y lo echamos mucho de menos. Todos seríamos responsables.