El DKV Joventut aligeró la tensión copera vivida en la jornada inaugural de la Copa del Rey con una victoria indiscutible, irreprochable y nunca amenazada por un Pamesa Valencia que todavía no se ha enterado de que en Vitoria se está jugando un título muy codiciado. El Pamesa soportó la responsabilidad de la eliminatoria cinco minutos. Los cinco primeros minutos. Luego, acompañó respetuosamente al Joventut hasta la puerta para despedirle y desearle suerte en las semifinales. No hubo intriga nunca.