Wimbledon, el tercer grand slam de la temporada, el único que se disputa sobre hierba, se abre más abierto que nunca, sin un gran dominador claro y con el español Juan Carlos Ferrero a la búsqueda del número uno del mundo.

Considerado por muchos como el torneo más importante del año, odiado por otros por sus especiales condiciones, lluvia, rígido protocolo y peculiares reglas, el torneo londinense vuelve a congregar en sus cuadros a todos aquellos que saben de su importancia.

Ferrero es uno de ellos, pues el de Onteniente se ha marcado el reto de ser número uno de la lista de entradas, la auténtica clasificación mundial, y lo tiene a tiro. Al campeón de Roland Garros le basta con alcanzar la cuarta ronda y que Agassi cayera en dos anteriores para lograr ese objetivo.

El cambio es brusco, pues tan sólo quince días después de convertirse en el sexto español en ganar en París, al derrotar al holandés Martin Verkerk en la final, la hierba inglesa le espera, y en dos actuaciones no ha pasado de la tercera ronda.

Triunfar en los dos grand slams seguidos es una meta sólo al alcance de privilegiados como el sueco Bjorn Borg, capaz de ganar en Roland Garros y Wimbledon el mismo año. Ferrero espera engrosar esta lista.